Capítulo 21

1.1K 71 4
                                    

- ¿No había nadie más? –escuchaba como Laura se quejaba.

- No, pero es perfecto sabes lo que me encanta esquiar. –Helena en cambio parecía ilusionada.

- Sí.. lo sé. –respondió Laura desanimada.

- ¿Estás viva? –reaccioné cuando vi unas cuantas manos pasando de lado a lado frente a mis ojos.

- Estaba empanadísima. –empecé a reír.

- ¿Qué es eso? –escuché como preguntaba una chica latina la cual no sabía su nombre.

- Mm.. –pensé un rato ya que no sabía cómo explicarlo-. Es como.. ¿Nunca te has quedado mirando un punto fijo con la mente en blanco? Te quedas como atontado durante un tiempo indefinido. Creo que me he explicado. –me puse a reír reflexionando mis anteriores palabras.

- Ah vale sí. –pareció entenderlo un poco.

- Pues bueno a eso aquí en España le decimos estar empanado.

- Anda empanada sube al bus. –escuché a Helena a mis espaldas acercándose-. Tu como profesora no te las arreglarías eh. –se pusieron todos a reír, yo en cambio aguantaba la risa para hacerme la ofendida, cosa que no resultó ya que terminé riendo.

- ¿Cómo que vienes tú? –se escuchó a Federico tonteando, ligando con ella.

- Sustitución de última hora, a saber que habréis echo para asustar a la otra profesora.. –nos miró a todos como si fuéramos muy malvados, a mí con más intensidad.

- ¿Te gusta esquiar profe? –como siempre tenía a todos los chicos tras ella.

- Hagamos una cosa, cuando estemos en lo alto de las pistas hacemos una carrera y allí verás si me gusta o no. –realmente le gustaba ser misteriosa.

- Oooo.. –se escuchó un barullo fuerte de gente haciendo sonido de pelea pero en broma.

- Así me gusta, eso es una buena profe. –John le guiñó el ojo.

- Venga va subamos al autobús. –comentó Helena, yo me di la vuelta para observar a Laura, estaba apoyada en el autobús al lado de la puerta con una hoja en la cual marcaba todos los niños que subían, pero frente a ella estaba muy pegada su compañera, la que sabía que me daría problemas-. ¿Estás bien? –Helena se acercó a mí.

- Sí. Supongo que sí. –respondí desanimada, y Helena echó un vistazo a donde yo estaba mirando.

- Hey, relájate. –me acarició la espalda-. Es Laura, jamás haría nada de eso. –susurró muy cerca.

- No estamos muy bien últimamente, no sé yo, es probable que duerman en la misma habitación, eso supone que cuando una se duche la otra este cerca.. –Helena me cortó dándome la vuelta y poniendo su mano en mi boca.

- Tsss.. ¿Y cómo sabes que ella no piensa lo mismo de ti? –su pregunta me dejó pensando varios minutos.

- Ya pero yo no tengo con quien.. –antes de terminar esa frase capté el mensaje, aunque debo decir que esa idea no entraba en mi mente-. Pero ella sabe que yo..

- Ella sabe lo mismo que tú sabes de ella. –en eso tenía razón.

- Puedo retrasar el bus 5 minutos, ve y despídete bien de ella, que estos viajes enfadados son los peores, ¿y si te pasa algo? ¿O a ella? Te arrepentirás mucho, o si bebe y acaba haciendo cualquier locura, o tú la haces, sea como sea es mejor estar bien la una con la otra. –su reflexión era muy buena, enfadadas había más probabilidades que sucediera algo que no queríamos que pasara.

Estudiando InglésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora