Infierno 4

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Narra Ezael:

Cuando termino mi horario laboral, salgo de la oficina, necesito ir a divertirme según se aun hay bares y antros abiertos, es ahí donde se juntan chicas asustadas que necesitan de mi atención.

Conduzco hasta mi casa para cambiarme por algo menos formal, cuando estoy listo paso por unos "amigos" yo los considero compañeros de desmadre pero no amigos.

Solo hay dos de ellos a los que de verdad considero mis amigos y eso por que técnicamente crecimos juntos, Rafael y Gabriel.

Al llegar a la discoteca fuimos a la VIP que es una zona que se compone por salas, sillones que están en medio círculo, pedimos unos shots para iniciar la noche.

Decimos salud y nos bebemos los shots, unas chicas se acercan a mis amigos una se acerca a mi y se sienta en mis piernas, estaba dispuesto a divertirme pero veo a una pareja que se sienta al otro extremo de la zona VIP.

La chica es muy hermosa, es una belleza, parece una diosa ella conecta su mirada con la mía al sentirse observada pero en su mirada solo hay ira.

Su mirada hizo que me pusiera durísimo debe de ser de esas chicas a las que les gusta dominar en la cama, nunca me había sentido atraído por una.

Su acompañante un chico de cabello blanco mira hacia acá le dice algo al oído y después hace que lo mire, se besan apasionadamente.

Enfurezco sin saber muy bien el porqué quito a la chica de mis piernas haciendo que caiga al suelo, ella se queja, sus amigas la ayudan a levantarse.

No me importa los insultos que me lanzan, mis amigos las calman diciéndoles que ellos pagarían todo lo que consumieran.

La diosa frente a mi se levanto en dirección a los baños, él chico fue a la barra, me levante para ir tras esa chica.

Al llegar a los baños la espere afuera, no pasó mucho tiempo, cuando salió la tomé desprevenida y la acorrale contra la pared, ella me miraba sorprendida pero al mismo tiempo enojada.

- suéltame- su voz sonaba exigente como si estuviera acostumbrada a dar órdenes, no le hice caso, puse mis manos en su cintura sintiendo como una corriente de satisfacción nos llego a ambos.

Ezael- no soy bueno siguiendo órdenes pero a ti podría enseñarte a seguirlas- sonrió de lado.

- ni muerta seguiría tus órdenes- me empujó, no sabía que una perfecta chica pudiera tener tanta fuerza -si quieres seguir viviendo lárgate de mi vista- se alejo.

Estaba un poco desconcertado por un momento vi sus ojos ponerse completamente negros pero a lo mejor son alucinaciones mías.

Camino hacia donde están mis amigos volteó hacia la mesa donde ella estaba, el chico de cabello blanco no me quita la mirada de encima, ella no esta.

Le sostengo la mirada pero entonces la veo llegar con una margarita en su mano y se sienta en las piernas de él, ella le dice cosas al oído pero él no me quita la mirada de encima.

Mis amigos miran hacia donde yo, ella le besa el cuello, siento mucha ira, en este momento quiero levantarme y golpearlo hasta el cansancio.

Rafael- wow que diosa, crees que su novio esté dispuesto a compartirla- quito mi mirada del chico para ver mal a Rafa.

Ezael- ni si quiera la miren- ellos no entendían mi comportamiento posesivo y la verdad yo tampoco, siempre alagaba a chicas hermosas con ellos incluso hemos estado en orgías juntos.

Me levanto decidido a irme al ver que ellos también se vana pero su camino es hacia la pista de baile, "la propuesta indescente .

Ella mueve su escultural cuerpo al ritmo de la música haciendo que todos en la discoteca la miren, su novio o lo que sea él de ella también se mueve al ritmo.

Ambos se mueven de manera hipnotizante, miro las caderas de ella, si así se mueve en la pista de baile no me quiero imaginar como se moverá en la cama.

Él recorre con sus manos su cintura e incluso lleva sus manos a su enorme trasero y me mira como si quisiera demostrarme que ella es suya.

Salgo sin importarme dejar a mis amigos, camino al carro, quito los seguros, me meto, pongo la llave en el contacto y lo enciendo, salgo del estacionamiento acelerado.

Narra Dabria:

Llegamos a la discoteca, mi piel empezó a arder, mi corazón martilleaba en mi pecho, mis sentidos se agudizaron al cien por ciento, esto sólo significa una cosa mi compañero de obscuridad esta cerca.

Astaroth nos lleva a la zona VIP donde solo esta un grupo de chicos humanos junto a unas chicas, uno en especial hace que mi piel queme de manera deliciosa.

¡¿Un humano es mi compañero eterno?! Dioses del inframundo ¿por que me hacen esto? Se supone que yo debo esclavizar a los humanos no enamorarme de uno.

Me giro intentando ignorarlo pero entonces siento su mirada sobre mi, nuestras miradas se conectan pero yo solo pienso en matarlo y casarme con Astaroth.

Astaroth- veo que tu compañero de obscuridad es un humano- gruño por lo bajo, con sus manos hace que lo mire y entonces nos unimos en un apasionado beso.

Después de separarnos platicamos un poco para olvidarme de mi supuesto compañero de obscuridad, pasa su dedo por debajo de mis labios limpiándome el labial corrido.

Dabria- voy al baño a retocarme el maquillaje- asintió me levante en dirección a los baños.

Con magia retoque mi labial, escuche gemidos en uno de los cubículos y con una sonrisa de maldad hice que la chica se le vinieran sus días, salgo del baño escuchando a un chico muy molesto con su novia.

De repente me acorralan contra la pared y es nada mas ni nada menos que mi compañero de obscuridad, lo miro sorprendida y enojada.

A mi nadie nunca me ha tratado así y no voy a permitir que él sea el primero, así que esperando a que me haga caso digo.

Dabria- suéltame- no me hizo caso puso sus manos en mi cintura a ambos nos recorrió una corriente de satisfacción.

Mi compañero de obscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora