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"Las personas fueron creadas para ser amadas. Las cosas fueron creadas para ser usadas.
La razón por la que el mundo está en caos, es por que las cosas están siendo amadas y las personas están siendo usadas."

Aveces me sentía de ese modo. Usado.
Pasé de ser el mundo, a ser una simple cosa que sirve para no tener tan vacía la casa, como un estante o un sofá. Como un simple mueble.

John Green siempre me conmueve con sus historias de amor. Recuerdo haber leído "Mil veces hasta siempre" mientras lloraba sentado en el mismo lugar donde me encuentro.

La mesa 10 de la cafetería Mouse Rabbit Coffee pasó a ser mi confidente, donde vengo siempre que necesito estar tranquilo y alejado del pesado ambiente creado en casa. Mí otra escapatoria es comprar algún cuadro para decorar las paredes, aunque ya no quede espacio en ellas.

Cerré el libro sobre el mueble y apoyé el rostro sobre la palma de mi mano. Miré mi reflejo en el ventanal junto a mí y sonreí con desgano.

La ropa simple me hacía sentir cómodo, aunque prefería mantener una vestimenta más producida por Johnny y sus gustos refinados. Siempre con mis intentos de cumplir sus deseos, excepto uno. Ese tonto deseo por el que ahora debo soportar compartir su cariño.

Si no fuera por esa pulsera no te habría reconocido.—

Tae.

Miré al chico que tomó el hobbie de interrumpir mis pensamientos y quedé en blanco un momento antes de hablar. Tal vez por su repentina aparición, o por su simple pero increíble estilo.

¡Hola! Es que, salí apresurado de casa. No hubo tiempo para arreglarse.— Aclaré mientras él mostró aquella sonrisa encantadora y única, la que logró hacerme sonreír del mismo modo.

Te comprendo. De todas formas te ves bien.— ¿Acaso no sé miró? Sólo una camiseta blanca, jeans y una chaqueta de cuero negro fueron suficientes para que se vea increíblemente guapo.

Gracias.— Dije en un hilo de voz, formando un silencio algo incómodo.

¿Esperas a alguien?— Apuntó la silla frente a mí y miré esta mientras pensé en la respuesta.

No. Mí encéfalo estaba procesando información demasiado lento.

¡Oh! No. Si quieres acompañarme... Adelante.— De seguro me vi ridículo al no invitarlo antes, y el calor en mis mejillas no lo negó.

Se acomodó en la silla y cogió el libro que dejé sobre la mesa en tanto cubría mis mejillas coloradas de pena con la palma de las manos.

Buscando a Alaska. Es un buen libro.— Asentí en silencio mientras miraba sus ojos café claro algo cansados.
No recuerdo conocer a alguien con un color tan singular, sólo a Johnny cuando era pequeño.

¿Qué haces por aquí?— Pregunté para evitar entrar en otro incómodo silencio.

Trabajo. Tenía que hablar con un paciente y aproveché de darme un gusto antes de regresar al departamento para seguir en ley de hielo con SeulGi.— Fruncí el ceño confundido por revelar algo intimo a... ¿Un desconocido?, ¿Cómo llamar a esto? Si apenas conversamos unas horas.

¿Pasó algo?— Me atreví a cuestionar nuevamente, aunque me era incómodo entrometerme en su vida personal. Por otro lado me causaba curiosidad su relación dado los recuerdos de la última vez que compartí con ellos.

El día que fuimos a tu casa. Cuando regresamos ella volvió a salir porque tenía que "comprar algo".— ¿Qué? Movió los dedos para formar las comillas y continuó.

Y no regresó hasta el otro día. Le pregunté donde estuvo, se enojó conmigo por estar preocupado de lo que hace, y hasta hoy no me habla.— Se encogió de hombros totalmente indiferente a lo que pasaba, y yo estaba helado de tanta coincidencia.

TOGETHER ; (TaeTen Ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora