SEIS.

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Un par de días después, las tremendas ganas de orinar despiertan a H de su relajante sueño, trata de mover sus piernas para levantarse de la cama, pero siente al pequeño alfa durmiendo encima de él. H sonríe al verlo, sabía que el alfa lo abrazaba todas las noches, aunque Louis trataba con todas sus fuerzas de ocultarlo.

A él no le molestaba, más bien le causa cierta ternura de que el alfa creyera que él era una especie de oso de peluche al que abrazar, aunque claramente no le diría eso al alfa, si no quería ponerle furioso.

Lo desenreda de sí y se sale de la cama, aún era de noche se veía la luna por la pequeña ventana que estaba en el cuarto, parecía que aún faltaba mucho para que amaneciera.

Observa a Liam esparramado en su cama, como si hubiera sido atropellado ahí, sonríe de lado y camina hasta el baño tanteando en la oscuridad para no tropezarse, si la casa de día no lucia muy bien, en la noche lucía incluso más tétrica, H no sabía cómo tres alfas habían sobrevivido en este lugar.

Si algún día lograba recuperar su memoria y tenía un lugar a donde ir, definitivamente le propondría a Louis que se fuera con él, no podía permitir que se quedará aquí, cuando ha hecho mucho por él, solo esperaba que el alfa aceptara.

Encuentra al baño entre la trémula oscuridad y prende la luz, hace su necesidades tranquilamente y se lava las manos, cuando de pronto escucha el ruido de la madera crujir, sale del baño, esperando que no sea el tío de Louis, no quería tener que enfrentársele a ese hombre, su lobo no lo soportaba y él tampoco.

Camina por el piso frío lentamente y se relaja cuando siente el aroma del pequeño alfa, este se encontraba caminando mientras se restregaba los ojos de forma somnolienta. Se acerca a él tratando de no asustarlo y el alfa se choca contra él, se queda un momento en silencio con la cabeza apoyada en su pecho.

El corazón de H sentía que se le iba a salir al tener al alfa, quería tomarlo entre sus brazos y luego...

— ¿H?—su voz se escuchaba suave y adormilada, se notaba que estaba entre la consciencia y el sueño todavía.

—Hola alfa. ¿Por qué te despertaste? —preguntó dulcemente.

—Hmm, me preguntaba dónde estabas—respondió dócilmente, aún con la cabeza apoyado en él, de hecho ahora parecía estar restregándola en su pecho, al parecer sin darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Eso pone nervioso a H, su lobo ansioso rasguño su pecho emocionado, le exigía que levantara al pequeño alfa en brazos y lo llevara a la cama.

—Vamos a la cama—le dice en cambio.

Louis asiente sumisamente, así que H le pasa un brazo por la cintura y lo guía hasta la cama de vuelta. El alfa pequeño se acuesta primero y espera a que él lo haga, para luego acurrucarse a su lado.

— ¿Louis?

— ¿Hmm? —murmura, sus ojos cerrados, sus largas pestañas haciendo

— ¿Por qué me abrazas? —susurra.

—Hace frío—se escusa, metiendo la cabeza un poco cerca de su costado.

H lo mira con una sonrisa de lado un momento, hasta que siente que el alfa cae dormido. Se duerme después de un rato entre los brazos de Louis.

*** *** ***

En la mañana, Louis despierta primero como siempre, H seguía dormido, definitivamente era un dormilón sin remedio. Lo deja descansar tranquilo.

Se sienta en la cama a desesperarse un poco, cuando de repente se le viene un recuerdo de lo había ocurrido anoche.

Rascándose la cabeza confundido, sus ojos se abren al acordarse de lo que había dicho y hecho.

There's No Place Like Home [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora