Zhanna.
No podía negar que ese jardinero era guapo, muy guapo.
Su cabello negro, sus ojos del mismo color.
Dios.
Y se llevaba bien con mi hermano, algo que no logra todo el mundo.
Hasta su nombre es perfecto, si tan solo yo...
—Zhanna—Dice Anne pasando su mano por mi rostro interrumpiendo mis pensamientos.—¿En que piensas?.—Pregunta ella con ambas cejas alzadas.—¿O en quién?.
Me sonrojo y Anne ríe. Helena llega a nuestro lado y observa confundida a Anne.
—Dios, ¿Por qué tu risa es tan escandalosa?—Dice Helena sentándose junto a nosotras.
—Callate—Dice Anne con una sonrisa.
—¿De que hablaban?—Pregunta Helena tomando un puñado de las papas fritas que tiene Anne en su plato. Anne gruñe y Helena se encoge de hombros.
—Zhanna tiene un nuevo amor, estaba a punto de decirme quién es pero tú llegaste—Dice Anne fulminando con la mirada a Helena, quién rueda los ojos.
—No tengo un nuevo amor—Digo haciendo que Anne bufe.
—Entonces ¿Por qué te sonrojaste cuando te pregunté en quien pensabas?—Anne se vuelve a Helena—Si la hubieses visto, hacia juego con su cabello.
Helena ríe.
—Ya, di quién es el afortunado.—Dice Helena con una sonrisa pícara en sus labios.
—Un jardinero suplente llegó a mi casa ayer, y es hermoso—Anne y Helena se quedaron pasmadas ante mi confesión.
—¿Un jardinero?—Preguntan ambas exaltadas.
—Si, ¿Que tiene de malo?.
(...)
Después de pasar dos horas en el centro comercial escuchando el discurso de Anne y Helena sobre Las desgracias que traería mi vida al enamorarme de un jardinero, decidimos que era hora de irnos.
Ellas se despidieron de mi, no sin antes decirme que no las defraude con el tema de Kellan.
Me limité a rodar los ojos y asentir.
Ambas son muy paranoicas, a decir verdad.
En ningún momento de nuestra salida dije que me gustaba Kellan, solo que me parecía guapo.
Y si que lo es.
Al llegar a mi casa observo una gran cantidad de autos estacionados allí.
Entro a mi casa y me quedo estupefacta.
No puede ser.
Mi familia está aquí.
Mi abuela se acerca a mi con una sonrisa, la más real que he visto en su rostro.
—¡Mi cereza!—chilla mi abuela abrazandome efusivamente.—¿Cómo estás?.—Pregunta ella posando sus manos en mis mejillas.
—Bien, abuela—murmuro haciendo un gesto de dolor cuando aprieta mis mejillas.
—Tu padre dijo que ibas a casarte—Ella cambia de tema, yo Frunzo el ceño y aprieto mis labios.
—No va a ser así, abuela—Digo firmemente alejándome de ella.
—Zhanna.
—No quiero repetir esta conversación, con permiso— Digo dándole una última mirada a mi abuela y caminando en dirección a mi habitación.
En el camino me encuentro a mi hermano y a su novia saliendo de la habitación de el.
No quiero imaginar que estuvieron haciendo allí adentro.
Ambos me regalan una sonrisa amable y yo se la devuelvo. Alex se acerca a mi y Ava se dirige a la sala.
—No quiero hablar contigo—Le digo a mi hermano, quién se interpone en mi camino.
—Zhanna—Dice el pero lo ignoro tratando de esquivarlo.
—¡Te he dicho que no quiero hablar contigo, aléjate de mi camino!—Exclamo tratando de pasar a través de la pared humana que tengo como hermano.
—Hablemos, hermana—Dice el apretando sus labios, ruedo los ojos pero asiento lentamente. Alex y yo nos dirigimos a mi habitación, al entrar Alex se sienta en la silla de mi escritorio y yo en mi cama.
—¿Que quieres?—Pregunto tomando un cojín de la cama y colocándolo en mi regazo.
—Por lo que veo mi padre ya te contó lo de Maurice—Mis cejas se elevan instintivamente.
—Si, y te odio por ello–Digo esquivando su mirada.
—Mira, Zhanna, acepté eso por tu bien, sabes que como hermano mayor quiero que estés en buenas manos y Maurice es una gran persona, si, tal vez se llevan casi veinte años pero...—Suspiro haciendo que el se calle.
—Mira Alexander, soy mayor de edad y puedo decidir lo que quiero para mí vida y lo que no, ¿Entiendes?, No necesito que un hombre que me cuide, ya que yo puedo hacerlo sola.—Digo a Alex quien tiene su mirada en el suelo.
No necesito estar en buenas manos.
Yo puedo cuidarme sola, yo debo decidir mi vida.
Es mía no de ellos.
—¿Puedes retirarte?—Le pregunto, Alex asiente y se va con la cabeza gacha.
A los pocos minutos de mi hermano irse de mi habitación recibo una llamada de Anne, quién me avisa que mañana pasará a buscarme para salir por mi cumpleaños.
No quería quedarme aquí en mi casa con mi familia, así que le digo que si.
Anne dijo que más tarde llamaría a Helena para que vaya con nosotras, algo que me pareció bien.
Después de ducharme y de comer a solas en mi cuarto, decidí que era hora de dormir.
Mañana será un gran día.
Hola hola
Zhanna admitió indirectamente que le gustaba Kellan.
Supongo que no es la única a la que le gusta el.
7u7
Un abrazo y me despido.
Hasta la próxima.
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¡Hey Tú, Niña Rica!
Romantizm#2 Saga Pelirroja La vida de Zhanna Ivanova era perfecta. O eso era lo que ella hacia ver. Ella, hija de un empresario millonario, el cual decide vender su mano a un viejo amigo, quien le lleva poco menos de veinte años. Desde ese entonces, ella dej...