20.

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—Cuando te dije que era mejor mantenerlo entre nosotros, ¿realmente me escuchaste?

Changgu alza sus hombros a medida que estaciono el auto frente al concurrido edificio.

—Muy bien, ¿cuál es el plan?—Kino mete su cabeza a la fuerza entre ambos—¿Vamos a hackear su base de datos escolar o...?

—Eso sería demasiado sencillo.—Comenta distraídamente Yanan, presionando rápidamente la pantalla de su celular.

—¿Fácil?—Mi hermano alza una de sus cejas—¿Qué clase de amigos tienes, Shinwon?

Ignoro su pregunta porque la camioneta vieja del padre de Hwitaek parece un auto de payasos justo ahora por su culpa.

—Nadie va a hackear nada, ¿oyeron?—Froto mi frente.

Cuando nadie responde, un quejido se escucha desde la parte trasera.

—¡Auch!

—¡Shinwon te preguntó algo!—Advierte Sunhee.

—¿Y tenías que pellizcarme las costillas por eso?—Se queja Yanan, dejando caer su teléfono con frustración—Era una pregunta general, por el amor de Dios.

—¿Hay alguien más aquí a quien se le ocurriría hackear una base de datos escolar?—Pregunta Sunhee con obviedad.

Kino no capta el mensaje y levanta su mano tímidamente.A éste punto Sunhee ni siquiera se ve sorprendida.

—Me refiero a alguien que sí pueda hacerlo, Hyunggu.

Él baja lentamente la mano y todos nos quedamos en silencio.

—De acuerdo.—Murmura Yanan entre dientes cuando ella vuelve a pellizcarlo por estar con su teléfono—No tocaré ninguna computadora.

—¡Perfecto! ¡Ahora vamos a darle una lección a ese imbécil!

Sunhee se ve satisfecha antes de patear la puerta de improvisto y lanzarse hacía el exterior, fuera del regazo de Yanan.Todo el vehículo tiembla cuando lo hace y ninguno puede evitar saltar en su lugar debido al susto.

—A veces me da miedo...—Comenta Woosek con un tono lastimero, siguiéndole a duras penas.

—¡¿Qué están esperando?!—Ruge desde afuera la susodicha.

—Kino, sólo quiero señalar que ponerte esos lentes y la gabardina negra fue totalmente innecesario.—Apunta en ese preciso momento Hwitaek desde el asiento trasero.

Kino hace una mueca y baja los lentes oscuros por el puente de su nariz.

—Quería pasar desapercibido.

Varias risas acalladas resuenan en el interior de la camioneta.Poco a poco mis amigos comienzan a salir del vehículo quejándose por sus espaldas adoloridas y piernas adormecidas.

—De nuevo, ¿qué clase de amigos tienes?—Mi hermano desliza sus dedos a través de sus cabellos blanquecinos y se pone sus lentes de diseñador.

—Tú los invitaste, ¿recuerdas?—Mascullo acusándolo con la mirada.

—Pensé que necesitaríamos ayuda y cuánta más gente mejor.—Revisa su celular y vuelve a mirar el edificio—Está bien, es aquí.Vamos.

—¿Le dijiste a ésta chica que íbamos a venir?—Le consulto al salir, justo después de que todos acordemos separarnos en grupos para buscar más rápido al ver la enorme cantidad de estudiantes—No respondió ninguna de mis llamadas y creo que el teléfono en Facebook era viejo.

—Nah, no le dije nada.Eso lo haría menos divertido.—Hace una pausa mientras inspira profundamente el aire matutino—Además, ¿qué se supone que le pusiera en el mensaje?

What they say about her » ShinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora