Capítulo 6: Debo estar enfermo

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—Toma, usa este pijama. Puedes cambiarte aquí, yo iré al baño —señaló Tobio.

—Bueno...

Si bien el alcohol había afectado la mente de Hinata, la invitación de Kageyama lo había vuelto más lúcido que cualquier balde de agua fría. Por alguna razón, se sentía más nervioso que antes de cualquier partido de vóley, esa pizca de desagrado y angustia que aparece en el estómago cuando creemos que algo muy malo puede pasar. Instinto, le llaman algunos. 

Mientras se ponía las prendas de su compañero, comenzó a recorrer la habitación cuidadosamente. La mayoría de las cosas que Tobio tenía a la vista tenían que ver con el vóleibol. Algunas medallas, pelotas de diferentes marcas, revistas e incluso su actual camiseta con el número veinte colgada en la pared. Sobre su escritorio, dos pequeñas fotografías, una al lado de la otra, en sus marcos respectivos. La primera, un equipo de uniforme negro, sonriendo a la cámara, antes de la graduación de los cuatro mayores que habían sido el pilar fundamental del equipo. A la derecha, la segunda foto contenía a cuatro chicos de tercer año y a una linda mánager de cabellos rubios, todos posando con las camisetas de sus nuevos números dentro del equipo.

Shoyo sintió nostalgia. Nostalgia de recordar cómo ese equipo los impulsó a ser esos grandes jugadores en los que se habían convertido. Giró un poco la cabeza y encontró una tercera fotografía, algo más escondida que las demás. En ella, dos pequeños cuervos de unos dieciséis años posaban de manera natural, sin tener idea de que estaban siendo fotografiados por alguien más. Hinata se vio al lado de Kageyama, riendo y jugueteando, mientras el otro mostraba una clara expresión de molestia hacia él. Su corazón empezó a latir rápidamente y los nervios regresaron una vez más.

¿Seré idiota? Solo vamos a dormir en la misma cama, no es para tanto. Lo hicimos muchas veces en la época escolar. 

—Además, ¿qué pasa con este pijama?... ¡Es enorme!

—¿Por qué haces tanto ruido? —preguntó Kageyama, al salir del baño.

—Sé que soy más bajo que tú, pero esta cosa es enorme, ¡¿cómo puedo dormir con esto?!

—Sí, incluso a mí me queda grande. Te lo pasé para reírme un poco —le dijo el pelinegro, entre risitas burlescas. —Lo siento, tendrás que aguantarlo por hoy.

—Estúpido Kageyama... tu venganza es bastante infantil, ¿sabes? —respondió el otro, haciendo una mueca.

—En fin, ve rápido al baño y vamos a dormir, estoy cansado. Te dejé un cepillo de dientes nuevo.

Después de un rato, ambos se fueron a la cama, dejando una notoria distancia entre sus espaldas

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Después de un rato, ambos se fueron a la cama, dejando una notoria distancia entre sus espaldas. La noche estaba más fría que de costumbre y la fuerte tormenta no mostraba signos de querer detenerse. Kageyama parecía bastante cansado como para mantenerse despierto, sin embargo, Hinata no podía ni siquiera cerrar los ojos. La inquietud de tener tan cerca a su compañero no lo dejaba tratar de conciliar al sueño y en su cabeza no paraba de dar vueltas la interrogante de porqué se estaba sintiendo así. Era tan estúpido, se conocían hace años.

El dúo perfecto《KageHina》💙🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora