Ese día volví a casa antes que otras ocasiones, ese día una pregunta se instalo en mi cabeza pero por más que intentara responderla nadie sonaba convincente y como ya dije antes, era idiota.
Los días pasaron y nos volvimos a ver, todo parecía igual, ninguno dijo nada al respecto, nadie pregunto nada sobre lo sucedido y sin darle más vueltas queda tan solo como un recuerdo. Quizá me hubiese gustado que dijeras algo, quizá hubiese cambiado o quizá tan solo hubiese hecho las cosas más complejas, después de todo los únicos que estaba cambiando eramos nosotros, el mundo seguía tal cual como la semana anterior.
Y como paso se olvido o eso quería pensar yo, pero otra parte de mi no quería eso y lo hizo notar. Comencé a frecuentar tu casa, las tardes juntos comenzaron a ser costumbre, tomar café juntos, verte leer, hacerte costillas, tomarte fotografías, rozar tu mano de vez en cuando cuando estábamos sentados uno al lado del otro, acariciar tu cabello cuando no estabas mirando, abrazarte cuando me daba la gana, ver detenidamente tus facciones, tus reacciones, tu cuerpo y en especial como te quedaba mi sweater.
Pero así como las cosas entre nosotros parecían no haber cambiado, la vida tampoco había cambiado, yo seguía siendo un idiota feliz, seguía tendiendo buenas notas, seguía siendo parte del mismo grupo de amigos y seguía siendo novio de una bella chica y como tal habían cosas que hacer, habían detalles que las parejas hacen y entre ellas estaba evitar que tuviese frío en un día helado así que, como buen novio, le preste uno de mis sweaters.
Recuerdo un día en especial, una imagen que aun sigue patente en mi cabeza. Era jueves, mi primera clase fue libre por lo que me la pase con mis amigos en el patio de la escuela hasta que 2 minutos después de que sonó la campana para receso te vi caminado desde el pasillo de la izquierda hacia donde estaba sentado y al mismo tiempo por al pasillo de la derecha venia ella, ambos... con un sweater mío. No sé que causo esa escena en mi, me hizo sentir que algo estaba mal, algo no era correcto, pero como el idiota que era lo deje pasar, pero en ese momento no sabia que ellos también sintieron exactamente lo mismo.
El tiempo siguió avanzando y ese sentimiento seguía ahí, acechándome día y noche, como si esperase que hiciese algo al respecto pero no sabia que era exactamente. Hasta que me exploto en la cara sin previo aviso, tal cual como el día que nos conocimos... pero esto, dejo algo más que una mancha en mi sweater.
Siempre pensé que todos a mi alrededor eran felices al igual que yo, que sus vidas eran tranquilas y normales como la mía, pero pude ver que era demasiado idiota para ver más allá de mi nariz, pero ese día el destino se encargo de que viese más que nunca.
Una llamada en plena clase de matemáticas luego del almuerzo, pensaba ignorarla, pero no pude, no luego de ver quien llamaba...tu. La conteste sin pensar en que el profesor podía estarme observando, no había tiempo para eso. Lo unico que podía escuchar era tu llanto, como tu respiración era entre cortada e irregular, pero que a pesar de eso las palabras lograron salir de tu garganta: "...podrías venir al baño?..."
En menos de 2 segundo me puse de pie y corrí fuera del salón con las miradas curiosas de mis compañeros y la voz del profesor preguntándome a donde diablos iba. Nunca había corrido tan rápido como ese día, en menos de 1 minuto ya me encontraba en el baño de la plata baja de la escuela, sabia que podría estar en ese ya que era el más próximo a su salón pero para mi sorpresa no estaba ahí, así que tome rumbo al pequeño baño apartado que estaba próximo a la cafetería... y ahí estaba él. Sentado en el suelo con su espalda apoyada a la pared del fondo mientras abrazaba sus piernas. Lo llame por su nombre y levanto rápidamente su mirada hasta encontrarse con la mía, hasta ese momento no lograba entender que pasaba, hasta que me acerque para quedar frente a él y a su altura. Recuerdo que lo ataque con preguntas, no sabría decir cuales con exactitud, lo más probable que las primeras que llegaban a mi cabeza, pero si recuerdo que dijo él entre sollozos angustiados y sin dejar de abrazar sus piernas:
"Lo cortaron... esta lleno de agujeros...esto no saldrá como el café..."
En ese preciso instante no entendí a que se refería, ¿agujeros? ¿que habían cortado? ¿quien?, pero algo en mi pecho me hizo atar cabos, lentamente acerque mis manos a sus brazos y los aleje de sus piernas dejando a la vista su pecho y ahí estaban, los agujeros. El sweater que usaba cada día en la escuela a pesar de los constantes regaños de dirección, el sweater celeste cielo que le regale la primera vez que nos vimos, el sweater que combinaba a la perfección con su color de piel, el sweater que era parte de todos nuestros recuerdos juntos... estaba lleno de agujeros, cortes por todos lados... desgarrado al igual que el corazón del chico que lo llevaba puesto.
ESTÁS LEYENDO
-.Sky Blue Sweater.- Markson
Teen FictionUn choque entre dos vidas, un chico de piel fría, un joven de cálido carácter, una mancha de café y un sweater color cielo.