-Mark-

143 21 1
                                    

Recuerdo que era día festivo en la escuela, todos reían, disfrutaban de los shows y de los puestos que cubrían gran parte del patio, pero yo, a diferencia del resto estaba solo, observando desde una ventana del salón de ciencias. No tenia amigos cuando estaba en la escuela, solo compañeros con quienes podía hacer los trabajos en grupo, pero nadie se consideraba mi amigo, no estoy seguro el por qué, tal vez era muy callado o quizá muy tímido o quizá... era por culpa de ellos.

Llegue a la escuela en 2do año, mis padres consiguieron un traslado a otro empresa que decidieron tomar ya que quedaba en el centro de la cuidad, por eso nos cambiamos de casa y por ende yo de escuela. Pero desde el momento en que llegue caí en la mira de ellos un grupo de bravucones de 3er año, no tengo idea por qué lo tomaron contra mi, pero así fue y me condeno por el resto de mi vida escolar. Nadie se acerco a mi luego de ver que era victima de ellos, quizá por miedo a ser nuevas victimas o por no querer involucrarse, no los culpo, quizá hubiese hecho lo mismo.

Era día festivo y para rematar... también era mi cumpleaños, pero ahí estaba, solo en el salón de ciencias mirando por la ventana conteniendo las lagrimas, como todos los días, cada día me sentía más solo, más lastimado, más roto... más frío. 

Era día festivo, pero como todo buen bravucón no descansan, fui visto desde el patio así que decidieron que seria divertido ir a acosar al chico solitario ese día también. No logre escapar como algunas veces que tenia suerte, así que esta vez me lleve una golpiza festiva en un de los salones vacíos. Eran profesionales en lo que hacían, nunca golpeaban el rostro, no querían dejar señales, después de todo querían que la diversión durara mucho tiempo más.

Tras la golpiza del día me dejaron tirado en el piso del salón... solo y en silencio como siempre. Luego de recuperarme lo más que pude solo quería huir lo más lejos de ahí, no quería sumirme en mi propia miseria en ese frío suelo. Me levante y salí corriendo del lugar, no importaba a donde fuese, no importase si me tropezaba o si caía por las escaleras, solo quería correr, correr lo más lejos posible, pero al parecer el destino no quería aquello.

Sin más di de frente con alguien al doblar en una esquina y para rematar, este alguien llevaba un café entre sus manos. En menos de unos segundos estabas con una mancha caliente en medio de tu sweater celeste pastel y yo con el cuerpo más adolorido de lo que ya estaba antes, por suerte yo no alcance a mojarme, pero tu... que se supone que hiciera, solo quería que la tierra me tragara y nunca me devolviera ahí, pero, para mi sorpresa reíste, entre el dolor por el calor del café y por el golpe, tu solo reíste. 

Como pude intente ayudar, recordé que mi madre decía que no había que hacerle nada a las manchas, que tan solo había que dejar que secaran y luego darles un tratamiento especial antes de lavarlas como siempre, por lo que solo me dispuse a acompañar te a conseguir ropa seca. Llegamos a tu salón, al parecer eras un chico de 3er año y por suerte tenias ropa deportiva a mano. Recuerdo que sin aviso te sacaste el sweater frente a mi que por reflejo desvié la mirada, después de todo hay que tener un poco de respeto, no nos conocíamos de nada, quizá un día nos cruzamos en algún pasillo de las escuela, pero ademas de eso...eramos completos extraños.

No pensé que te diese cuenta de mi estado, tampoco lo deseaba a decir verdad, por lo que cuando dejaste la pregunta en el aire, cuando parecía que querías saber el por qué de mis lagrimas antes de cruzar nuestros caminos me dejo sorprendido. Mi garganta sin más se apretó, hace mucho nadie me preguntaba que me sucedía, mis padres pasaban todo el tiempo en el trabajo por lo que nos nos veíamos mucho en el día y no quería molestarlos con mis problemas. No sabia que responder, no sabia si sería bueno decirle a un desconocido que mi cuerpo bajo la sudadera estaba lleno de moraduras y que no había nadie que pudiese detenerlo, que era mi cumpleaños y nadie me había deseado felicidad ni siquiera el destino quería que fuese feliz como para dejarme libre de dolor por un día, no podía decir eso, así que tan solo dije con la poca voz que logro salir: 

"Hoy es mi cumpleaños..."

Así como no espere la pregunta, tampoco esperaba lo que paso luego, como un simple gesto sin sentido podría hacerme sentir tal calidez aunque fuese por uno momento, como el frío desapareció de mi cuerpo por unos segundos, como esa mirada podría sentirse tan sincera, la mirada de un completo desconocido...

"Estoy seguro que te queda mejor a ti, si logras quitarle la mancha es tuyo... Feliz cumpleaños"

Y así es con un gesto y una frase tan desinteresada, pero dulce a la vez como ese hizo que deseara seguir soportando cada cosa que pasara, seguir respirando aunque fuese difícil... y sin darme cuenta desear un poco más de esa calidez, así como la de ese sweater en mis manos.

-.Sky Blue Sweater.- MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora