16. Un buen libro.

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"Después de un largo día, por fin había llegado la noche para ella, tomó uno de los muchos libros que tenía y se propuso a leer un poco, necesitaba despejarse y leer la relajaba, la tranquilizaba.

Tomó el libro entre sus manos, se acomodó en el gran colchón y una vez cómoda abrió su libro favorito. Necesitaba tranquilidad y esa solo la encontraba en una buena lectura, en unos buenos párrafos; no había nadie quien la entendiera, quien la comprendiera como sus libros.

Simplemente ellos no la juzgaban, ellos si eran unos grandes amigos, la aconsejaban cada tanto, siempre tenían las palabras adecuadas para cada situación y esa noche no sería la excepción; necesitaba de grandes consejos, esa noche se sentía sola y no había mejor compañía que ese ser de 500 hojas, con un empastado grueso y con olor a madera que la esperaba ansioso en sus manos, esa noche todos esos montones de letras, le harían el amor como ningún hombre lo había hecho"

Dali.

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