Catorce días después, seguimos en el mar por culpa de una horrible tormenta que nos tiene atrapados.
-Estamos aquí. –señala Drinian en el mapa.
-La comida y el agua durarán dos semanas más. –informo.
-Señor, es nuestra última oportunidad para dar la vuelta. –le informa el capitán. –Tratar de hallar la estrella azul con esta tormenta es imposible, los hombres se están poniendo nerviosos, estas aguas son desconocidas, nunca recorrí mares como estos. –admite.
-Y supongo, capitán, que será usted el que le explique al señor Rhince que no seguiremos buscando a su familia. –dice Caspian.
-Seguiremos adelante. –dice en un suspiro. –Sólo una cosa, -comenta antes de salir. –a veces el mar juega malas pasadas con la mente. –y ahora sí, sale de la sala.
Estoy caminando por un lugar que no sé identificar, lo único que sé es que no es Narnia. A lo lejos veo el rubio cabello de mi novio y sin dudarlo me acerco a él, pero algo me frena, está rodeado de un montón de chicas guapas que coquetean con él. Lo que más me molesta es que les está siguiendo el juego. Al escuchar el acento de las chicas me ubico, estoy en América. Las chicas pasan del coqueteo a las manitas y Peter coge la cara de una pelirroja y la besa con ímpetu. Mi corazón se rompe en millones de pedacitos y lágrimas desconsoladas salen de mis ojos.
-¡NO! –grito abriendo los ojos de par en par y despertando a Peter, que estaba durmiendo a mi lado.
-Tranquila, amor, sólo era una pesadilla, ya está, ya pasó. –dice abrazándome y pegándome a él. Me duele el pecho y las lágrimas salen sin control de mis ojos. Sé lo que significa esa pesadilla, es mi miedo a perder a Peter, a que deje de amarme. Sé que eso no es real y no debería afectarme pero no puedo evitarlo.
No pego ojo en toda la noche y al día siguiente eso salta a la vista con unas ojeras y cansancio notables. Avistamos tierra y decidimos ir en busca de comida y agua.
-Dudo que hallemos algo aquí, señor. La isla parece deshabitada, no hay señales de vida. –dice Reepichep en el bote contiguo al nuestro mientras nos acercamos hasta la isla.
-Lo sé, pero no debemos perder la esperanza. –le contesta Caspian. –Cuando lleguemos, nosotros siete iremos a buscar pistas mientras que vosotros buscáis comida y agua. –ordena.
-Dirás nosotros ocho. –le reclama Eustace. –No pienso quedarme con la rata.
-Lo he oído. –dice Reep.
-Orejotas.
-Eso también. –anuncia el ratón provocando la risa de todos los marineros.
Explorando la isla descubrimos una caverna, nos adentramos en ella y nos topamos con un lago. En este hay una especie de estatua de un hombre sumergida en el fondo.
-¿Qué es eso? –pregunta Lucy.
-Parece una estatua. –responde Edmund.
-Me da mal rollo. –admito. Siento los brazos de Peter rodear mi cintura y olvido todo lo demás, pero la pesadilla de anoche se manifiesta en mi cabeza y me siento incómoda.
Edmund trata de alcanzar la estatua con una rama pero esta, al entrar en contacto con el agua, se vuelve de oro. Ed la suelta justo a tiempo, antes de que entre en contacto con su piel.
-Debió haber caído. –murmura Susan refiriéndose a la estatua.
-Pobre hombre. –dice Lucy.
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Las crónicas de Narnia III
FanfictionEsta es la tercera parte de las crónicas de Narnia. Una continuación de la trilogía que actualmente se encuentra publicada en mi perfil. Noah y Jake se encuentran solos en Londres, lejos de los Pevensie. Jake mantiene su relación con Susan, en camb...