Capítulo diez.

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Estuvimos hasta que llegaron mis papás, con el abuelo, escribiendo todas las pistas en nuestro nuevo libro. Jamás creí que mi abuelo, por más creyente en la bruja y en todos esos cuentos, podría resultar cuestionando algunas cosas que resultaron claves.

- ¿Por qué si es una bruja, el escritor siempre dice los secuestra de lo más mundano posible? Fíjate mijo, siempre en lugares públicos, con máscaras. No, eso no me cuadra para nada.

-A mí tampoco. He visto en todas las películas de misterio y crímenes que la mejor manera de atrapar al culpable es anticiparse. Ya sabes, pensar donde va a estar, qué va hacer, y estar ahí desde antes y ¡Atraparlo! – Me emocioné, sentía que estaba muy cerca de Allie.

-Esto no es una película ni mucho menos, es la vida real Julián. Acá podemos salir heridos, y quién sabe más que cosas peores. – Se frotó los ojos en un gesto de desesperación- No sé si seguirte la corriente, esto me suena a algo muy peligroso y hecho por alguien incluso más peligroso que una bruja.

-Abuelo no puedes, por favor. ¿Sabes que me han dicho cuando he ido a la comisaria? Que no sea un niño malo porque la bruja me puede llevar. No nos van a creer nada, están tan obsesionados con esa estúpida leyenda que a veces se les olvida que puede haber gente mala aprovechándose de eso. - Le cogí la mano. - Tu sabes que a nosotros nos importa aún más porque tienen a Allie, y sabes que nadie se va a esforzar mejor en encontrarla que su familia.

Y entonces, sin esperarlo, mi abuelo rompió en llanto. Habían sido muy pocas las veces en que lo había visto llorar, cuando recién mi hermana había desaparecido, y cuando mi abuela murió.

-Apenas tenía diez años, los acababa de cumplir, ella tiene mucha vida por delante.

Miré el cuaderno. Los nombres sobresalían de las hojas, pero también meses.

Sebastián: Enero

Mar: Febrero

Sara: Marzo

Marco: Mayo

Lana: Junio

Ricardo: julio

John: Noviembre

Y el último y más reciente Jaime: Septiembre

-Abuelo, abuelo, abuelo. - lo llamé casi de un grito. Toda una idea empezaba a surgir de mi cabeza. - ¿Qué título ponía en el cuaderno que nos hemos encontrado?

-Los doce niños de Cranya.

- ¿Y si son doce niños porque son doce meses? Piénsalo, ayer era el cumpleaños de Jaime, y desapareció, eso daría septiembre. Allie cumplió en agosto, no hay ningún niño con ninguna fecha repetida.

Mi abuelo se sentó y se puso las gafas.

-Pero no están en orden, mijo. Parecen casi fechas al azar.

-Tal vez no ha encontrado el resto de niños. Cuando estaba en el parque, recuerdo que Jaime dijo que estaba de cumpleaños y estaba golpeando a un chico. Me sentía observado, tenía miedo y me fui de ahí. ¿y si la "bruja" estaba mirándonos? ¿y si así tomó la decisión de ir por él?

-Está bien, tiene sentido lo que dices, pero hay algo que no cuadra. Allison, ¿qué hizo? ¿Por qué los estaba siguiendo?

-Pudo haber sido casualidad, tal vez me seguía a mí abuelo, yo soy diciembre. También le falta, si lo que creemos es cierto, debería estar buscando a alguien de abril, de octubre y diciembre.

Lo dije, pero tan pronto solté esas palabras sentí un horrible terror.

-Eso quiere decir que nos quedamos sin tiempo. - soltó mi abuelo en un lamento antes de que mis papás tocaran el timbre.

El misterio de Cranya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora