El periodista Jack Frost acababa de desplazarse hasta Betta-XII, con el objetivo de visitar al profesor Pitch Black. Tras pulsar el timbre, le recibió una bellísima muchacha de apenas veintidós o veintitrés años de edad, cabello largo y platinado, o...
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Jack es un descarado, y listo xd
— ¿Jack Frost…? —preguntó la bella joven, con una voz que sonaba a coro de violines y una sonrisa realmente cautivadora, que le permitió mostrar sus pequeños y blancos dientes, tan preciosos como todo lo demás.
—El mismo —asintió el periodista, que seguía con cara de tonto.
—Pase usted, señor Frost. El profesor Black le está esperando.
—Gracias.
Jack entró en la casa y la hermosa muchacha cerró la puerta.
—¿Tiene la bondad de seguirme, señor Frost…? —rogó la joven.
—Espere un momento, por favor —pidió Jack, cogiéndola del brazo.
—¿Desea alguna cosa, señor Frost?
—Saber su nombre.
—Me llamo Elizabeth.
—Elizabeth… —repitió quedamente Jack.
—Sí.
—Me gusta.
—Gracias.
—Todo lo suyo me gusta, Elizabeth..
—Es usted muy amable, señor Frost.
—¿Dónde está el sargento?
—¿Quién? —parpadeó la muchacha.
—La mujer que me abrió, la última vez que vine.
—Sin duda se refiere usted a Petronila.
—Un nombre muy apropiado con su cara.
—Está en la cocina.
—En el Ejército, debería estar —rezongó Jack.
—¿Cómo dice?
—Nada, olvídelo.
La muchacha volvió a sonreír cautivadoramente.
—¿Le llevo con el profesor Black, señor Frost…?
—Todavía no, Elizabeth.
—¿Quiere saber alguna cosa más?
—Sí.
—Pregunte, señor Frost. Le responderé con mucho gusto.
