0.27 Un Acto Benéfico

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Capítulo 27:"Un acto Benéfico"

13 de mayo

Julio babea la cabeza de Gabriel mientras el bus se sacude un poco producto de los baches de la calle, Valentina duerme plácidamente y Paulina mira por la ventana el paisaje que brinda la carretera. Era sábado y la chilena menor por primera vez está vestida aquel día del fin de semana, ayer les habían propuesto a los chicos del cast ir a pintar una escuela rural a un par de horas de Buenos Aires, a lo que el grupo de los cuatro chicos accedió al instante junto con varios chicos más. Daniel y Sofía ríen junto a Julia y Esteban, Micaela y Alan duermen, pero la chica de ojos azules parece estar en otro mundo.

—¿Estás bien? —susurró la chilena menor abriendo levemente sus ojos.

—Sí—soltó la chica en un suspiro—No te preocupes, sigue durmiendo.

—Gabriel está todo babeado—volvió a hablar la menor, aún media dormida, girando su cabeza para ver a los dos chicos.

—Así es —una pequeña risa escapó de sus labios al ver como el rubio toca su cara por la humedad.

—¡Julio! —gritó el chileno haciendo que el español pegue un salto.

—¡¿Estamos muertos?! —soltó el castaño abriendo los ojos de par en par por el susto.

—Que manera de hablar weas —sonrió Paulina.

—¿Me vas a decir que tienes, Lina? —susurró la castaña restregando sus ojos.

—Luego, Vale —la de ojos azules miró a su amiga dulcemente y le acarició la cara.

En una media hora más y cerca de las 9 de la mañana, los chicos pisaron tierra firme nuevamente, una pequeña escuela con un aspecto abandonado está frente a ellos.

—Que ganas tengo de pintar —Soltó Valentina con una sonrisa mientras estira su cuerpo.

—Creo que eso lo dijo Bia y no tú, tapón.

—Cállate —soltó la chica dándole un golpe con la brocha en la cabeza.

Y la labor comenzaba, corrieron por los tarros de pintura y un par de brochas más.

—Ya me dio hambre —soltó de repente Alan lo que hizo estallar en carcajadas a la chilena menor.

—¿De que te ríes? —preguntó el español mirando hacia abajo, donde la castaña con su cara manchada con pequeñas gotitas de blanco estallaba de la risa.

—No se —soltó la chica con dificultad, el ataque de risa no pararía.

—Pau ¿Me ayudas con los marcos de las ventanas? —soltó el rubio, quien producto de que no se ha cortado el pelo hace ya un par de meses trae un pequeño moño hecho por su amiga más pequeña.

—Espera que busco la pintura azul.

Paulina está extraña y sus mejores amigos lo notan, no tiene esa sonrisa permanente ni tampoco esa chispa de luz que irradia con solo estar presente en un solo lugar.
De un momento a otro y cuando Julio pasa su rodillo por la muralla, llenando su cara con gotitas de pintura, su cerebro hizo clic.

—Hoy es 23 de mayo —susurró la chilena menor.

—Existen cosas que me queman y no haber podido despedirme de mi abuela y terminar bien con las cosas cuando murió.—susurró la chica de ojos azules tirada en su cama.

—¿Y por qué no lo hiciste? —preguntó su mejor amiga.

—Estaba peleada con ella, no quería que me dedicara a actuar por el miedo al fracaso —sonrió amargamente la pelinegra—Ella murió días después de esa pelea, por un infarto.

ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora