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Los rayos de sol ya eran muy fuertes dentro de la habitación cuando Valentín empezó a abrir los ojos, no quería despertar, se sentía muy cansado, sus músculos estaban tensos debido al ejercicio realizado la noche anterior.

Miro a su lado y soltó una sonrisa cuando vio a Rufina dormida a su lado, boca abajo, tan tranquila, su pelo atado en un rodete improvisado y la sabana que solo cubría su cuerpo de la cintura para abajo, y dejaba al descubierto su espalda la cual estaba bronceada con la marca de su bikini por la exposición al sol que había tenido en los últimos días.

Se acercó un poco a ella y acaricio la curva de su espalda con tres dedos, a su tacto, ella se removió en el lugar y otra sonrisa se dibujó en el rostro de Valentín, haciendo que deje libre un suspiro muy placentero por la imagen que presenciaba. Ella no solo era hermosa, sino que podía jurar que era perfecta, su piel era perfecta, y su cuerpo un pecado, sentía que nunca se cansaría de disfrutarlo.

Aunque pensando un poco más se dio cuenta que debía dejarla descansar, ser un amante considerado siempre había sido una prioridad, se acero a ella y cálidamente beso su frente, sonriendo al ver que ella movió sus labios en forma de quejido. Se contuvo de besarla y se separó de ella para levantarse.

Camino por la habitación dejando que los rayos de sol que entraban por la ventana iluminen su desnudez hasta el baño. Abrió la ducha y espero a que el agua se templara, mientras se asomó a ver a Rufi y la vio en la misma posición que antes.
Cuando ya se había bañado salió en toalla hasta donde tenía su ropa para cambiarse, solo ropa interior y un short, hacía calor así que no se iba a poner remeras.

-bueno Valentín, hace algo –se dijo en voz alta a sí mismo- recordá que le prometiste un desayuno

Abrió su heladera y no había nada, claramente, si ayer no había nada, hoy por arte de magia no iba a aparecer algo
Busco una remera y salió de la habitación rumbo a la cocina. Cuando llego le hablo al cocinero y le pregunto si le podía ayudar o hacer algo

Mientras el cocinero preparaba algo, Valentín esperaba sentado, solo deseaba que Rufina no se despertara ya que quería sorprenderla, era la primera vez que hacía algo como esto por una mujer, aunque por dentro sentía que algo le estaba pasando ¿Por qué actuaba de esta manera con Rufina? En realidad bien no sabía que era lo que le pasaba y si era bueno o no, todo era bueno para él, no sentía que lo incomodaba nada hasta ahora, pero un poco de miedo sentía.

Rufina es una mujer inteligente y centrada, de seguro  ve esto como un gesto dulce, solo eso. Después de todo esto era lo que menos podía hacer por ella, después de haberle dado  una de las mejores noches

Después de unos cuantos minutos ya estaba el desayuno listo así que le pagó al cocinero y se fue rumbo a la habitación a despertar a Rufi.
cuando llego, dejo el desayuno en la mesa de luz y se acercó a la cama para despertarla.

Comenzó dejando besos en su espalda, lo cual ella respondía con pequeños quejidos. siguió con su plan varios segundos mas y al ver que no obtenía respuesta paso a besar el costado de su mejilla y hablarle.

-Rufi, linda, despertate, ya es de dia -susrro mientras acariciaba su cintura, era una necesidad tocarla y sentir su suave piel-

-tengo sueño.. y ademas estoy de vacaciones -dijo ella dandose vuelta para seguir durmiendo-

-ya se, pero es una lastima que te pierdas el mejor desayuno de tu vida -dijo con una sonrisa mientras besaba
su cuello-

Eso claramente capto su atencion, sobre todo la de su estomago que empezaba a quejarse
Abrio los ojos y mientras se cubria los pechos con la sabana fue girando para quedar boca arriba y encontrandose con la imagen de valentin.
A esta altura ya habia reconocido que era un hombre muy lindo, y que la traia un poco rendida; pero verlo ahi, observandola dormir, todo despeinado y con cara de dormido le hizo sentir algo en el corazon que no habia sentido antes.

Wos; RendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora