Wos; Rendidos

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Este capítulo es un regalo por el amor que le dieron al anterior
Disfrútenlo que yo ame escribirlo

El corazón le latía a mil y ella contenía la respiración, Rufina solo podía ser consciente de Valentín, de su exquisito peso sobre su cuerpo y lo agradable que le resultaba, en lugar de sentirse oprimida se sentía protegida, abrigada por el calor que salía del cuerpo de él, el mismo que aumentaba el suyo. Suspiro cuando sintió una mano del cantante deslizarse con suavidad por su costado, creando una maravillosa caricia aún sobre la remera que traía puesta

La mirada de Valentín se desvío de los ojos de Rufina y bajo hasta sus labios rosados y gruesos que se habían adueñado de sus pensamientos desde el cumpleaños de la chica, queriendo sentirlos cada minuto
Ella soltó un suspiro y él se acercó un poco más mientras acariciaba su cintura, se detuvo sobre su costilla cuando sintió que estaba a punto de finalizar para darle paso a su teta izquierda, sintió con claridad el movimiento que ella hizo al tomar aire y la aproximó más a él, busco los ojos de ella de nuevo descubriendo que el deseo se había instalado en su mirada
Ignoró el pecho de Rufina y llevo su caricia hasta el hombro de la chica, deslizando sus dedos hasta su clavícula y cuello

Ya no podía más, sentía que no podía seguir aguantando las ganas, no podría resistirse más, no podía seguir negándose a lo que deseaba
Ella estaba inmóvil, con sus brazos a un costado de su cuerpo, pero tenía una necesidad inmensa por tocarlo, por sentir su piel
Rufina elevó una de sus manos y la apoyo en la parte baja de la espalda de Valentín, sin ninguna caricia, solo quería sentirlo
El la recompensó acariciando con sus yemas la piel de su garganta, y la única reacción que tuvo Rufina fue cerrar los ojos y suspirar mientras hacia la cabeza para atrás exponiendo su cuello a él

Los dedos de Valentín se deleitaron en esa fina parte del cuerpo, deseaba tocarla, pero quiera más, así que recorrió la línea del mentón, y de la mejilla, imaginando cómo de sentiría recorrer todos esos lados con sus besos, era tan suave, toda su piel era como el terciopelo, sus dedos se deslizaban con facilidad
Busco en el interior de sus recuerdos alguna mujer que, al menos se acercará mínimamente al pedazo de mujer que era Rufina, pero fue en vano, era imposible, ella era única
Sus caricias llegaron hasta los labios, todo el inferior y sintió un escalofrío de parte de ella, dejando a la vista sus dientes
Así con ese gesto de entre abrir la boca, Valentín supo que hoy no se le iba a escapar, que tendría esos labios para el todo lo que quisiera, ella ya estaba rendida, ambos estaban rendidos

Rufina pudo sentir como el tibio aliento de Valentín se chocaba contra sus labios, mezclandose con el de ella, podía jurar que incluso alcanzaba a saborear la menta, esa de los chicles que Valentín siempre tenía, eso la hizo abrir la boca, deseando tener un poco más se humedecio los labios, en medio de las sensaciones inexplicable que sentía pudo escuchar que el gemia y la excitación se disparó dentro de ella, animada deslizó su mano en una caricia por la espalda de Valentín hasta su omóplato, y su otra mano se animo a ponerla en el pecho del chico, sintiendo el corazón latir muy fuerte

-Ru, mírame -suplico el con la voz grave-

Ella ni siquiera se había dado cuenta de que seguía con los ojos cerrados, se había concentrado en sus sentidos, mientras se sentía flotando en una nube junto a el, solo ellos
Abrió los ojos una sonrisa seductora apareció en la cara de Valentín

-sos hermosa -dijo con absoluta sinceridad mientras acariciaba el mentón de ella-

Las palabras de Valentín la bajaron de la nube y hicieron que el corazón se le saliera del pecho,  sabía que era una mujer dentro de los parámetros que muchos consideraban belleza, siempre había Sido igual y no le causaba nada que alguien halagara su belleza, no hasta ese día, no hasta que Valentín lo dijo y todo su mundo pareció brillar, sintió como si el fuese el primero en decírselo