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Una duda solo se aclara enfrentandola, así que Valentín despejaria la que tenía en ese instante

Preparo a Castor lo más rápido que pudo para evitar que Rufina se le escapara, el animal estaba ansioso por dejar el establo, y eso hacia que el trabajo se le complique, no dejaba de moverse por el lugar

Cuando ya lo tenía agarró las riendas y salió junto a él
No quería montarlo, lo haría cuando esté con Rufina

Rufina solo podía pensar en los pensamientos que seguramente tenga Valentín, cómo que es una cobarde o que no quiere dar un paseo con el, hasta podía estar pensando que solo lo quería en la cama y nada más

Esa idea la hacia sentir peor de lo que ya se sentía
Se detuvo para volver porque ya haberlo dejado la hacia sentir mal u cuando se giró ya era tarde, Valentín venía con el caballo a un lado

-la tarde está hermosa ¿no? -comento ella nerviosa mientras intentaba sonreir-

-si, ideal para andar a caballo ¿No? -dijo el levantando una ceja-

Ella no respondió, solo dejo ver una sonrisa forzada y se dió media vuelta para continuar, mientras observaba el paisaje y esperaba a que eso le calme los nervios

-¿no querés montar conmigo? -pregunto sin dar más vueltas-

-me gustaria caminar, si no te molesta -contesto mirándolo-

-¿Algún motivo en especial? Rufina, hace unas horas hablamos de sinceridad... Y creo que en este momento no estás siendo del todo sincera -dijo el acercándose y agarrándola de la mano-

Ella se sintió atrapada, la tensión que la cubría se multiplicó, y el nudo de su garganta volvió

-Rufi mírame -le pidió en un susurro al tiempo en que le agarraba la cara- si no querés hablar en este momento está bien, respeto tu decisión de mantener silencio, solo quiero que sepas que cuando quieras hablar estoy acá para escucharte

-gracias -dijo ella y él le sonrió-

Rufina le ofreció sus labios para besarlos y el gustoso los acepto
Con suavidad comenzó a rozar sus labios hasta convertir el beso en uno profundo y cargado de deseo

De pronto el animal protesto sacándolos de la burbuja dónde se encontraban
Rufina se tenso de inmediato, el intento relajarla terminando el beso con suaves toques de labios, mientras la mano en su espalda se deslizaba en una caricia cálida

-caminamos -dijo el y le agarro la mano-

-pero... Sacaste a Castor para montarlo -dijo confundida-

-deseaba montar con vos y deseaba que vos también quisieras hacerlo, jamás he obligado a una mujer a nada Rufina, puedo ver qué necesitas tiempo, tengo mucho para darte, lo hacemos otro día -comento de manera casual mientras comenzaba a caminar llevándola a un lado y al caballo del otro-

-no es justo para vos... Ni para.. Castor -pregunto animandose a mirarlo-

-no te preocupes, Castor te entiende -dijo y vio como el caballo asintio con la cabeza haciendo que Rufina sonría de miedo-

-se parecen -dijo Rufina divertida-

-no quiero saber por qué lo decís -dijo sonriendo y Rufina sintió calor en sus mejillas- pero me suelen decir que soy un potro, y que somos parecidos con Castor

La risa de ambos se hizo presente y Castor soltó otro de sus ruidos de caballo
Rufina lo miro y pensó que quizás no es tan malo como ella pensaba

El paseo se hizo muy corto y cuando se dieron cuenta ya estaban otra vez en el establo
Valentín invito a Rufina a que se siente junto a él mientras dejaba que Castor coma un poco de pasto de los alrededores

Wos; RendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora