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Rufina se encontraba en medio de un llanto amargo y de muchos reproches hacia ella misma
Se sentía tan estúpida, tan enojada con Valentín, pero sobre todo con ella, por actuar así, por exponerse así y darle el poder de lastimarla

Se levantó de la cama y camino hasta la heladera, abrió la puerta y saco la botella que hacía unos minutos había guardado Valentín
Sin usar un vaso le dió un trago por el pico y eso la alivio un poco
No era alcohol, era agua, bastante fría como para que le arda la garganta al tomarla

De pronto un par de golpes en la puerta la hicieron asustar
Miro desconcertada la puerta, no hay mucha gente acá y eso hace que su esperanza aumente

El sonido se repitió haciendo que salga de sus pensamientos y vaya a abrir
Pero antes de hacerlo se dió cuenta de cómo estaba y corrió al baño
Abrió la canilla y se lavo un poco la cara y mientras volvía a abrir se peinaba con los dedos

-deje algo y lo necesito -fueron las palabras de el cuando Rufi abrió-

Ella se quedó quieta, ni siquiera la dejo hablar, pensó que había vuelto a pedirle disculpas por su comportamiento e intentar arreglar las cosas, pero no, era un evidente que eso no estaba en sus planes, seguía en la misma postura arrogante y altanera, provocando rabia en ella otra vez

-de que hablas? -le pregunto firme, pero sin mirarlo directamente, no quería que notará que lloro hace unos minutos-

-traia un bolso cuando llegue, lo deje cerca de la cama... Lo necesito ¿Me lo podés alcanzar por favor? -contesto igual de firme, no pensaba dar su brazo a  torcer-

Valentín pensaba que ya bastante estúpido había quedado viniendo hasta acá con una tonta excusa de su bolso, quedaría como un muy estúpido si venia a rogarle por una oportunidad, pues no le daría el gusto, tomaría el bolso y saldría de ahí dejándole claro que todo había terminado y que la única culpable había Sido ella

-si -dijo seca y se dió vuelta para ir a buscarlo-

Solo había ido con el único motivo de molestarla ¿Que no podía esperar hasta mañana? No se había confirmado por como la había dejado, sino que venía de nuevo con la barata excusa del bolso, quizás esperando que ella le rogara para que se quedara, estaba muy equivocado

Cuando ya tenía el bolso volvió hacia el y se lo dio

-gracias -dijo Valentín agarrandolo y por primera vez hicieron contacto visual-

-de nada -embozo ella esquivando sus ojos celeste perturbadores-

El silencio se adueñó del lugar, ninguno de los dos se atrevía a decir nada o a moverse para terminar con la tensión que los invadia y ese incómodo momento, el no se dió la vuelta y se fue como tenía planeado hacer ni bien le de el bolso, y ella no se alejo y cerró la puerta como también había pensado mientras buscaba el bolso

-¿Por que lloras Rufina? -le pregunto Valentín haciéndola sobresaltar al verse descubierta-

-no estoy llorando -dijo muy rápido, mientras bajaba un poco la cabeza para que el no la mira-

-en este momento, pero si lloraste ¿O me vas a decir que era una alergia? -le cuestionó y sin pensarlo la tomo del menton para que ella lo mire-

-Valentin, por favor -susurro luchando contra esa mano que la exponía-

-mirame -dijo el, pero al ver que ella no accedía soltó un suspiro y dió un paso hacia atrás dandole su espacio- por favor Rufina, necesito que me mires y me digas que es lo que te pasa, de verdad me vas a volver loco y ya estoy harto de ser yo quien siempre tenga que estar atrás tuyo, intentando comprenderte...

Wos; RendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora