Horacio se levantó más temprano de lo habitual, 2 horas más temprano para ser exactos, se vistió con ropa deportiva, comio una barrita y salió a correr, cerca de la playa.
el de cresta escuchaba música mientras corría, su cabeza estaba hecha un desastre al igual que su corazón, cada canción le recordaba al ruso, su cuerpo necesitaba desahogarse, así que corrió, corrió con todas sus fuerzas tratando de alejar esa pena, ese mal de amor, no quería parar nunca, no quería llorar, el amaba al comisario y lo arruinó todo, confundió todo.pasaron 2 horas y Horacio estaba listo para irse, tomó sus llaves y salió directo a su moto nueva.10 minutos tardó en llegar a comisaría, al entrar muchas miradas se dirigieron a el, en especial la de sus compañeros.
al entrar a los vestidores y encontrarse con Gustabo, simplemente preguntó ¿pasa algo? todos me miran como si fuera un alienígena.
G: emm bueno, al parecer todos se enteraron de tú rechazo.
el corazón de Horacio se apretó lentamente, ahora era el hazmerreír de la comisaría. el enojo y la decepción carcomian su cuerpo, no lo pensó más de 2 veces y fue directo a la oficina del comisario, entro sin tocar la puerta a paso acelerado, estaba enojado ¿Quien se creía el comisario para dejarlo como el hazmerreír?
V: Horacio, ¿no sabe tocar la puerta?
H: ¿soy tu puto payaso? dijo enojado, a kilómetros se sentía la tensión de esa habitación, porque el entendía que lo hubiera rechazado, pero ¿era necesario decírselo a toda la comisaría?
V: ¿de que habla? pregunto confundido.
H: por supuesto que soy tu payaso y probablemente el de toda esta puta comisaría. su corazón latía rápido, le estaba hablando mal a su superior y probablemente le llegaría una sanción después de esto.Volkov no pudo articular ninguna oración ya que el de cresta se había retirado de la habitación.
resulta que soy el payaso de todos, dijo con molestia mientras entraba a los vestidores para colocarse el uniforme.
G: Horacio, no eres el hazmerreír de nadie, solo están tratando de distraerse y bueno... lamentablemente te toco a ti vivir esta situación.
Horacio solo respiró, se relajó, su cuerpo estaba tenso, necesitaba un descanso.
el día pasó lento, gracias al destino no se topó con el comisario en todo lo que llevaba de día y la verdad no se lo quería topar, porque ahora su escudo contra el daño que le hicieron, era alejarse, alejarse lo suficiente para olvidar, para eliminar esos sentimientos.
ahora se dirigía a su asiento habitual en el despacho del superintendente, ya que el nombrado anteriormente lo llamó a el y a Gustabo para su charla, la verdad ya se hacía costumbre estar ahí hablando con el súper, así que no se preocupó.
ahí estaba otra vez el comisario, con su pelo grisáceo, sus lentes y cruzado de brazos este estaba cerca de la silla donde habitualmente el de cresta se sentaba y Horacio no quería estar cerca de el, le dolía estar cerca, así que simplemente se sentó en la silla de su hermano.
G: cabron, que yo voy ahí.
H: es solo por hoy. dijo haciendo un puchero.
G: esta bien, pero solo por hoy.el comisario no pasó por alto esta acción así que preguntó, ¿algún problema señor Horacio?
H: no, ¿debería haberlo?
V: bueno es que ayer se fue sin decirme una palabra y hoy entro de una forma extraña a mi despacho.
H: problemas....
V: bueno, usted sabe que puede confiar en mí.claro que el sabía que podía confiar en él, pero ahora no quería acercarse, no quería sufrir de nuevo, no quería ilusionarse y si su escudo era alejarse el lo usaría todo lo que fuera necesario.
H: muchas gracias Volkov, pero ya tengo a Gustabo.
pasaron 20 minutos y la conversación por fin terminó, el superintendente, los aporrio, les gritó y extrañamente los felicito.
Gustabo ya había salido del despacho al igual que el superintendente, en el despacho solo quedaba el y Volkov, simplemente se dio la vuelta y cuando estaba por salir alguien sujeto su brazo.
V: ¿podemos hablar? Dijo el comisario sujetando el brazo de Horacio.