pasó una semana y ninguno de los 2 se acercaba para hablarse, les parecía que iban a cometer un gran error, el de cresta no le hablaba al ruso por sus inseguridades y por su orgullo, en cambio el ruso no le hablaba por miedo a ser rechazado y por miedo a cagarla aún más. sin embargo ambos tenían algo en común, a ninguno de los 2 les gustaba que patrullaran con personas que podían ser de sus gustos.
el ruso se sentía inseguro en ese aspecto, Horacio patrullaba con alguien lindo a perspectiva de todos y cada vez que los veía, se reían como si se conocieran de años, cuando iban a un atraco juntos el de cresta le pedía abrazos al francés y eso le dolía más que nunca porque antes era el quien se los daba, cada vez que los veía conversando en su mente se pasaban miles de imágenes de ellos besándose o algo parecido y eso era como una daga en el corazón.
para Horacio era todo más difícil, veía al comisario con una chica, una chica que para su parecer era el triple de linda, en una escala del 1 al 10 el era un 0 y Paola un 10, apesar de que el comisario le había dicho que no importaba si era hombre o mujer. el sabía que tenía todo por perder frente a una mujer, más si se trataba de ella, ya que le gustaba el anime y era muy cariñosa con el comisario, siempre le llevaba un chocolate o un presente.
esta vez se encontraban los 2 en el despacho del superintendente, ya que este los había llamado para que hablaran de los alumnos. estaban solos y al parecer ninguno de los 2 tenía el valor de decir algo.
pasaron 2 minutos, que parecían horas, pero el comisario se dignó a hablar.
V: ¿cómo esta señor Horacio? sus nervios carcomian su cuerpo.
H: emm bien, gracias. estaba sorprendido porque el ruso no era de iniciar conversaciones.
V: que bueno.
H: ¿co-como esta usted? dijo nervioso, tratando de seguir la conversación.
V: bien. dijo sonriendo, le alegraba que la conversación no se acabara tan rápido.
H: ¿como le ha ido con su compañera nueva?
V: bien, bien. ¿y con su compañero?
H: bien, en un inicio no quería patrullar con el pero ahora se volvió un gran compañero. Dijo sonriendo.ambos se sentían incómodos después de todo no hablaban desde hace una semana.
C: ¿qué estaban haciendo? ¿una puta paja grupal? Dijo enojado, como siempre.
V: ¿de que habla? lo estábamos esperando.
C: muy bien, hablen.
H: ¿hablar de qué?
C: de como me folle a tu puta madre, ¡de los alumnos, joder!
V: bueno emm Paola esta bien, por ahora ha abatido a solo un atracador, pero va mejorando todos los días.
C: ajam ¿y Bruno? Dijo mientras entendía un cigarrillo.
H: esta muy bien, ha mejorado muchísimo, ha abatido más de 6 atracadores en una semana, tiene buena puntería, sabe conducir bien. Horacio sonaba alegre porque le enorgullecía.Volkov solo escuchaba como Horacio hablaba bien de el alumno, le parecía una verdadera mierda porque el no hablaba así de los demás a menos que fuera su hermano.
C: ok, Volkov seguirás trabajando con Paola.
V: 10-4
C: y tú Horacio puedes volver con Gustabo.
Volkov sentía un alivió en su pecho, por alguna razón que no entendía, se sentía aliviado.H: pe-pero ¿por qué?
C: ¿no quieres volver con Gustabo?
H: sí, si quiero pero Bruno aún es un alumno y creo que necesita de mi apoyo.Volkov solo escuchaba las palabras del de cresta, ¿quería patrullar con Bruno? pero si el no se separaba nunca de su hermano, ni cuando su "relación" con Horacio estaba bien patrullaban.
C: tanto interés por el alumno, ¿te enamoraste otra vez crestita? dijo interesado.
V: ¿cómo que enamorado?
¿tan rápido lo había olvidado? ¿tan rápido se rindió? el comisario sentía un nudo en su garganta.
H: de que habla abuelo, somos solo compañeros.
C: mmm bueno no te haría mal, ya que te enamoraste de una persona que ni corazón tiene. dijo apuntando al ruso.
V: tampoco diga eso.
H: bueno, ¿puedo patrullar con Bruno esta semana? su tono de voz se volvió más serio de lo habitual, no le gustaba que hablaran de cosas personales y muchísimo menos del rechazo de Volkov.
C: bueno, por esta semana te daré ese regalo, solo porque ando con los cojones católicos.
H: 10-4. dijo con una sonrisa.mientras tanto el comisario se resignó a decir una palabra.