Capitulo 21 ❦ Elizabeth/ Hábitos

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Las vacaciones más hermosas del mundo habían acabado.

Estaba de vuelta en mi casa después de un vuelo agotador, los gemelos decidieron volver a casa de sus padres por unos días, nos quedaba solo una semana más de vacaciones que tendría que pasar sola y sin compañía, lo primero que hice fue llamar a Kayla, para comentarle como había salido todo, se ofreció a hacerme compañia aunque imaginaba que lo que realmente quería hacer era tenerme vigilada, no la culpo, me había disculpado muchas veces con ella por dejarle esa presión, tener que mantenerme cuerda.

Después solo le escribí un correo a mi hermana, lo de siempre que me dijera como estaba Caroline y que me mandara fotos para saber como iba, la verdad era que quería fotos porque estaba haciendo un cuadro de ella que le enviaría como regalo para navidad, ya solo quedaban dos semanas para eso, también quería verle un regalo a los gemelos, ese pensamiento me animo un poco.

Desempaque la maleta y puse a lavar la carga de ropa, tambien saque las conchas y piedritas que había recolectado en la playa, sonreí al verlas, queria hacerles un pequeño presente para que no se les olvidara estas semanas maravillosas que pasamos juntos.

En lo que hacía eso volví a revisar mi correo, otra vez un montón de invitaciones para presentar mis trabajos en otros lugares, suspiré y realice una llamada que en verdad me molestaba.

El teléfono dio dos timbres y contestó.

- ¿Cómo está mi clienta favorita? - voltee los ojos al escuchar su voz, Alex mi manager

- ¿Cómo esta el manager más perezoso del mundo? - le respondí

- Pues muy bien, gracias - suspiré - recibí el correo de respuesta por tu presentación en el hotel, te mandan muchas felicitaciones y tienen la intención de comprar las pinturas que presentaste

- Genial...supongo - ahora el suspiro en mi oído

- ¿Sabes cuanto dinero es? Que poco entusiasmo por tu trabajo - mientras hablaba me miraba las uñas - no muchos artistas tienen la oportunidad ni el talento de volverse tan reconocidos a tan corta edad sabes, tienes mucha suerte

- O un muy buen manager - sonreí y lo escuche reír

- De acuerdo, depositare el dinero en tu cuenta, hazme el favor y gastalo en alguna cosa, odio revisar tu cuenta y ver que sigue todo el dinero ahí

- Si, si en fin...- el silencio se alargó por un momento hasta que Alex me respondió con una voz más melancólica

- La casa ya se vendió...- deje de respirar por un segundo, exhale con fuerza

- Ya era hora...- la casa de mi madre, la que nos había dejado a mi hermana y a mi, ambas decidimos que lo mejor era venderla, ahora no teníamos motivos para volver a ella...y tampoco para volver a vernos

- Ya tengo tengo el dinero y le pague a la corredora...- ya habíamos hablado de esto - como dijiste le depositare todo el dinero a tu hermana

- Gracias - el suspiro

-¿Segura no quieres quedarte con el cincuenta por ciento? Digo la casa era de las dos y...

- Y puedo ganar lo mismo si sigo vendiendo mis pinturas, estoy bien de dinero gracias a eso asique no lo necesito...prefiero que mi hermana tenga lo suficiente para seguir quedándose en casa con su hija - se me apretó el pecho

- Bueno eso es cierto...con todas las exposiciones hasta ahora y la compra de tus pinturas ya casi tienes la misma cantidad de dinero que lo que hubieras conseguido de la casa

- Ves, no tengo que preocuparme por el dinero por ahora...- el quedo en silencio de nuevo - ¿Que pasa Alex?

- ¿Estas bien? - claro que no, hace meses que no veo a mi hermana y no tengo el valor de llamarla para escuchar su voz ni la de mi sobrina, por supuesto que no estoy bien

Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora