Capítulo 7: Sábado en Santa Fe

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Makis abrió apresuradamente los ojos, sintió un peso sobre ella y vio que Natalia se movió ligeramente pero aún parecía dormida. Quiso estirar sus pies, pero otro peso se lo impidió, levanto ligeramente la cabeza y vio a su mascota plácidamente echada sobre sus pies, miró la puerta y observó que la había dejado abierta. Suspiró y volvió a cerrar los ojos, no tenía ganas de levantarse pero le era imposible volver a concebir el sueño, comenzó a acariciar uno de los brazos de Natalia con la yema de sus dedos, se sentía tan suave, tan liso, le gustaba la sensación de la piel de la castaña, aspiró el olor del cabello y pudo sentir el olor a menta que tanto la encantaba, sintió un movimiento más abajo y vio que era la pierna de Natalia que estaba entrelazada a la suya, se sonrojó al instante, una idea surgió en su cabeza y sin poder evitarlo movió ligeramente su pierna, tuvo que morderse el labio para ahogar el gemido que provocó la sensación de goce al rozar la piel, tan cerca, tan sensible, tan placentero, detuvo sus pensamientos al darse cuenta de que estaba actuando como una depravada, aprovechándose de que estaba dormida y sin percatarse de los hechos. Sintió que Natalia se movía ligeramente pegándose más a ella, Makis tragó con dificultad, sentía que empezaba a sudar.

–Mak ... – dijo Natalia en un tono muy poco audible, pero Makis podría haber jurado que era un gemido. Inmediatamente los sentidos de Makis se dispararon, su corazón latía muy aprisa, sus manos comenzaron a sudar, sentía que su frente también y cuerpo dejó de hacerle caso a la razón, movió nuevamente su pierna para hacer contacto con la de Natalia, otra vez tuvo que morder su labio para contenerse, su mano fue deslizándose lentamente hasta la cintura de la castaña, sin poner demasiada fuerza la pegó a ella, su pierna se movió nuevamente, Makis necesitaba algo más que ese inocente roce, su cuerpo le estaba pidiendo más, estaba por agarrarla cuando oyó un maullido. Lamentablemente en el proceso Makis había aplastado a Crooker haciendo que el gato se levantara molesto y comenzara a caminar sobre ambas.

– ¡Crooker! – Se quejó Makis

– Buenos días Crooki – dijo Natalia y levantó la mirada – Buenos días Makis – y sin preverlo Makis sintió los labios suaves de Natalia sobre los suyos, fue un beso muy corto, infinitamente más corto de lo que ella deseaba.

Natalia se estiró un poco antes de levantarse y entrar al baño, cerró la puerta y mordió una toalla con toda la fuerza que tuvo, hace unos momentos había despertado sintiendo el roce de la mano de Makis en su brazo, sintió la pierna de Makis moverse entre la suya, al parecer Maakis se había acobardado así que Natalia decidió darle un empujoncito fingiendo un gemido entre sueños, había sido muy útil pues Makis no se había dado cuenta que se había despertado seguramente a causa por los nervios, así que aprovecho la ventaja y fingió estar dormida, todo iba tan bien hasta que el gato decidió levantarse e ir a aplastarlas. Natalia no podía contener las enormes ganas de besar los labios de Makis así que en un arranque de valor lo hizo y como buen cobarde huyó al baño. Si, era una cobarde, pero al menos era una cobarde muy feliz. Estaba brincando en una pata porque había tenido contacto corporal con su amor, había besado a su amor y más importante su amor también lo había hecho y estaba segura que le había gustado, el día mostraba grandes expectativas.

Makis se levantó de la cama viendo con molestia a su mascota – Buen momento para despertar – el gato la miró antes de darse la vuelta y salir de la cama meneando su peluda cola, Makis se rio, Crooker se comportaba casi cómo un humano. Le entró una duda y caminó hacia el baño, el ruido de la regadera se oía, tocó la puerta – ¿Natalia?

La castaña se quedó estática ¿Acaso Makis quería bañarse con ella? – ¿Sí? – dijo un poco nerviosa

– ¿Te parece si desayunamos afuera? Después podemos ir a comprar lo que necesitamos

Natalia se sintió ligeramente decepcionada al ver que sólo estaba preguntando – Si, está bien –

Makis regresó a buscar ropa para salir, cuando saliera Natalia, ella se metería a bañar. Estuvo un momento esperando sentada en la cama, oyó la puerta abrirse y sonrió, pero la sonrisa pronto se le borró. Natalia había salido sin ropa, únicamente con la toalla puesta sobre el cuerpo y lamentablemente para su mente la toalla cubría apenas por debajo de los muslos y apenas por arriba de su pecho, Makis se mordió el labio inconscientemente. Natalia también estaba estática, cuando terminó de bañarse notó que debido a su emoción matutina, no metió nada de ropa al baño por lo que tuvo que salir casi como dios la trajo al mundo, pero su nerviosismo inicial se borró al ver la cara de Makis, la estaba comiendo con la mirada y eso la hizo sentir enormemente orgullosa de sí misma, tratando de recobrar un poco el sentido sobre si misma caminó por el cuarto, movía las caderas dándole un énfasis especial a su trasero, otorgándole una gran vista, se inclinó ligeramente para abrir un cajón deseando que no se viera nada y que todo quedara en la imaginación de Makis. Escuchó la puerta del baño cerrarse y sonrió para sí misma.

COMO NACE EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora