Capítulo 9: Silenciosas Declaraciones

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Makis dio vuelta en la esquina, sentía el aire frió de la noche chocar en su cara y eso le gustaba, además la ayudaba a mantenerse despierta, durante su trayecto apenas y se había cruzado con un par de automóviles. observo por el retrovisor antes de ensimismarse en sus pensamientos. Desde aquella comida todo había estado en relativa calma entre ambas familias, Majo y Juancho estaban muy emocionados, ella intentaba ayudar y apoyar en los planes que pudiera, pero ciertamente se sentía algo extraña, pues aquellos temas no eran su fuerte. Su convivencia con Natalia, eso era algo diferente y actualmente muy cómodo, la castaña se esforzaba por hacer sentir a gusto a Makis, ponía mucho esfuerzo en llevarse bien.

Makis estaba agradecida de ello, ella misma ponía su mejor esfuerzo en su relación, las cosas entre ellas habían ido avanzando, se tenían más confianza la una a la otra, incluso un mayor grado de intimidad, los besos ya no era algo que les ocasionara pena, incluso, Makis tenía que admitir que gozaba mucho sintiendo los suaves labios de Natalia sobre los suyos, era una experiencia muy grata y siempre que podía intentaba alargar los besos un poco más de lo necesario, eso a Natalia parecía no importarle e incluso gustarle

Giró hacia la derecha en el automóvil y por fin vio su objetivo, si era cierto que su relación con Natalia estaba mucho mejor, también era cierto que había días en los que tenía que tomar su buen par de respiros para no perder la compostura, sabía que no era intención de Natalia tensar las cosas entre ellas y que sus momentos de "ser insoportable" eran producto de las hormonas. Particularmente, esa noche había hecho recabado sus fuerzas para no terminar molesta. Tomó un amplio suspiro antes de recordar cómo había terminado en esa situación.

Flashback
Natalia caminaba de un lado a otro de la habitación con evidente desesperación, se mordía las uñas, hábito muy inusual en ella y movía los ojos del piso hacía la mujer recostada en la cama de una manera ansiosa. Lo pensó unos segundos antes de tomar la decisión.
- Makis... M-a-k
dijo, pronunciando y enfatizando sílaba por sílaba. Sin embargo, como las tres veces anteriores, no hubo respuesta.
Resopló molesta y se giró a su anterior puesto, continuó caminando varios minutos más, siguiendo el mismo comportamiento de minutos antes. En un arranque de valor y con la decisión tomada firmemente se giró y agitó a Makis con brusquedad.
¡¿Qué?! ¡Natalia! ¡Por los pantalones ajustados de Tubbi! – Makis se llevó la mano a su pecho y sintió como su corazón latía rápidamente, miró a la mujer de enfrente y notó que estaba en un evidente estado de ansiedad, no había dormido quizás en toda la noche, de un movimiento se levantó de la cama y llegó a su lado Nat... ¿Estás bien? Makis estaba sinceramente preocupada Nat... ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
Flashback

Makis entró al autoservicio –Buenas noches, Bienvenidos a Burger King, gracias por su preferencia. ¿Puedo tomar su orden? – Makis dejo escapar un suspiro ante la monótona voz que salía de la pequeña caja de metal antes de responder – una Chesse Whopper sin pepinillo con papas y 2 refresco grandes y unos aros de cebolla, por favor –

–¿Desea ordenar algo más? –

–No gracias, eso sería todo – se movió a la ventanilla para pagar y esperar por su orden.
Observó la calle y estaba desierta, quizás era la únicas persona que a altas horas de la madrugada acudía a comprar una hamburguesa, maldijo el momento en que había llevado a Natalia a comer lo conocido como "comida chatarra", no estaba segura que a Natalia le hubiese gustado, aquel día sus gestos no fueron muy claros y probablemente era por el embarazo, pero fuese la razón que fuese, ahí estaba... en un Burger King a las 3.47 am, comprando un antojo de su... Mujer... Makis se rio de pensarlo, su mujer, sonaba un tanto posesivo pero le gustaba y dentro de poco tiempo, eso sería. Después de que el joven la mirará feo y le entregara su orden, continuó su trayecto de regreso a casa. Encendió la radio para intentar despertarse, aparcó debajo del departamento y con pesadez subió. No necesito abrir o buscar las llaves, Natalia estaba muy pendiente y apenas entró la recibió con un abrazo y un beso de agradecimiento, para después casi arrebatarle la bolsa y vaciar el contenido en la mesa, Makis la miraba incrédula, pensó si hacerle compañía o volverse a dormir, su gato estaba pesadamente durmiendo sobre el sofá y eso solo le causaba más sueño, pero decidió acompañarla en su muy inusual comida.

COMO NACE EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora