☽ʙᴇғᴏʀᴇ ɪ ᴅɪᴇ ɪ wᴀɴᴛ☾ [ᴍɪᴋᴇʟʟɪɴᴏ]

La verdad

Estaba regresando de aquél lugar. Simplemente le gustaba estar solo al menos unos días, nisiquiera se soportaba así mismo, así que estar solo era bueno.

Su celular empezó a sonar, cualquier persona con temor a causar un accidente, no contestaría. Pero, el no es cualquier persona, decidió responder y era su novia.

-¿Cómo estas, amor?- preguntó aquella chica a través del teléfono.

-Bien, ya voy directo a mi casa, ¿tú cómo estás?- preguntó él, miraba el camino, mientras sujetaba su teléfono con su mano izquierda y con la otra, agarraba el volante.

-Bien, aunque te extrañé estos dos días- dijo la chica, el solo sonrió, aunque ella no pudiera verlo.

-También te extrañé; pero, enserio debía estar solo por aquellos dos días, perdón- dijo.

-No te preocupes, yo entiendo amor, no debes darme explicaciones ¿okay? - respondió la chica, el solo siguió con su sonrisa- ¿Estás manejando?

-Si; pero, no te preocupes. A esta hora, no hay muchos autos en la autopista.

-Javi, ten cuidado por favor...- dijo la chica, sonaba preocupada, el azabache solo rió leve.

-Tranquila Ela, estaré bi- quizo ser rápido; pero, chocó con otro auto. No se dió cuenta del semáforo y simplemente se golpeó la cabeza contra el volante.

-¿Javi? ¡¿Javier?! ¡Javier no estoy jugando!- dijo la chica a través del teléfono; pero, se cortó la llamada.

[...]

La madre lloraba, aquella chica de cabello castaño la abrazaba mientras también derramaba lágrimas por el accidente de su novio.

El padre hablaba con el doctor, le dijo que su hijo chocó con otros tres chicos, uno solo se lastimó el brazo, el que iba al volante se fracturó el brazo, a paté de algunas heridas por el vidrio, el que iba a de copiloto, tuvo un golpe en la cabeza; pero, nada grave y eso que el impacto fue contra aquel chico.

En cambio su hijo, aún no sabía cómo se encontraba. Solo le dijeron que estaba en cirugía.

-¿Entonces?-dijo aquél hombre mirando serio al de bata blanca.

-Lo siento mucho- el hombre de bata blanca, le extendió el expediente del hijo de aquél hombre.

Leyó lo que decía, las lágrimas no faltaron por parte de él; pero, sacó su billetera y sacó unos euros, para luego mirar al hombre de bata blanca.

-¿Esto podría quedar entre nosotros?- dijo, estrechando la mano del hombre con el dinero.

-Claro...- dijo, luego se retiró.

Aquél hombre de bata blanca, solo volvió a escribir el nombre y como fue que se supo lo de aquella contusión en la cabeza del azabache, puso el nombre de alguno de los otros tres chicos y arrojó al basurero el primer informe que hizo. La enfermera entro a su consultorio pidiéndole los expedientes y el se los dió.

-Pobre chico, espero que no se altere con esta noticia- dijo aquella chica, el doctor asintió.

-Ese chico Miguel, se que es fuerte, estoy seguro que podrá vencer aquel traumatismo en su cabeza; a fin de cuentas, su padre tiene una exitosa empresa.

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