Akiko

7.3K 387 37
                                    

Después de la reunión, Hiruzen y Naruto salieron para dirigirse a la finca Uzumaki, el porqué Kushina no vivía en aquel lugar era sencillo, al momento de casarse con Minato Namikaze su apellido a pesar de seguir utilizándolo, ahora era Namikaze, en cuanto a Naruto, el era un hombre soltero que podría traer nuevamente al familia Uzumaki a la vida, y con su actitud no deberían esperar mucho, ese era el pensamiento que tenía Hiruzen  mientras caminaba.

-"Por cierto naruto te mostraré todos los lugares que debes conocer, como el mercado, la armería, el hospital, la academia, bueno todo lo que encontremos de camino a tu nuevo hogar"- hablaba Hiruzen convencido de que el pelirrojo le escuchaba, en cuanto a Naruto solo prestaba atención a las mujeres que se aparecían y cruzaban en su camino.

-"Y quien dice que uno viene a este mundo solo a sufrir, habiendo tanta belleza en el entorno, oh Kami, si me dieras a elegir pecaría de egoísta, por favor dame una señal"- pensaba Naruto mirando al cielo e ignorando las palabras del viejo Hokage.

-"Fuera de aquí pervertidos"- fue el grito que llamó la atención de Naruto y Hiruzen, desde una tienda que parecía una vieja armería salieron disparados desde el interior, desde el interior salió una mujer que hizo que los ojos de Naruto recorriera su cuerpo guardando cada detalle.

-"Gracias kami"- pensó para comenzar a caminar rubo a aquella armería, Hiruzen conocía este local pero para evitar problemas quería enseñarle a Naruto otra que quedaba más cerca de su casa que era atendido por un viejo compañero de la academia, pero al parecer los problemas seguían al pelirrojo y el definitivamente estaría en fuego cruzado.

Akiko se consideraba a si misma como una mujer independiente que no necesitaba de un hombre para vivir feliz y tranquila, era madre de una hermosa bebé de un año y no necesitaba de un casanova que quisiera una aventura de una noche, ni que fuera un atractivo hombre pelirrojo de mirada tranquila, con una estructura física forjada en el campo de batalla, al darse cuenta de lo que estaba pensando sacudió su cabeza para ponerse seria o esa era su intención ya que vió quien acompañaba al pelirrojo, así que sacó todo el coraje generado por los acosadores que echó a patadas y sacudió sus manos.

-"Buenas tardes Sandaime sama"- saludó la pelicastaña haciendo una reverencia, naruto no se perdió detalle alguno de la mujer frente a el.

-"Buenas tarde Akiko, veo que hay personas que son muy insistentes que te vienen a molestar"- la mujer suspiró y arrugó el ceño nuevamente.

-"No es la primera vez pero tampoco significa que no sea molesto, aunque me las arreglo para mantenerlos a raya"- se jactó la mujer.

-"Si ya lo vi, por cierto el es Naruto Uzumaki, es nuevo en la aldea y desde ahora comenzará a vivir aquí"- la mujer hizo una leve reverencia en dirección del pelirrojo.

-"Bienvenido a konoha Naruto san, espero que disfrute de su estadía en la aldea y por cierto si necesita equipo ninja de primera, ya sabe donde está ubicada mi tienda, venga siempre y cuando traiga dinero o le sucederá lo mismo que a los que se marcharon recién"- Naruto asintió.

-"Lo tendré en cuenta, sobre todo para solicitarle unas buenas clases de taijutsu si con solo patear a esos patanes los lanzó lejos"- broma que causó risa en la mujer -"Si no le molesta me gustaría apreciar la mercadería, llevo mucho tiempo viajando y necesito renovar mi equipo"- Hiruzen solo rezó a cualquier deidad para que el Uzumaki no se metiera en problemas.

-"Por ser nuevo te permitiré recorrer mi local pero solo será la primera vez"- advirtió la mujer con las manos en la cadera, Naruto asintió, la diferencia de alturas era bastante notoria entre ambos pero eso no significaba mucho si quien estaba frente a el demostraba ser una maestra del taijutsu.

La leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora