La leyenda

Ojos tristes

El sol se asomaba por el horizonte dándole la bienvenida a un nuevo día, las personas salían de sus casas rumbo a sus trabajos, y en la mansión Uzumaki el movimiento se hacía presente en la cocina.

Naruto avanzaba por los pasillos de su hogar y entre más se acercaba a la cocina, un tarareo se escuchaba con más claridad, la responsable, la única mujer que vivía con el, ya llevaban casi un mes compartiendo juntos y la verdad es que ahora ese lugar se sentía como el hogar, sin darse cuenta llegó a la cocina.

-"buenos días Naruto"- ese saludo lo hizo reaccionar y la vio, su cabello negro largo y liso, piel clara, labios rosados, un sweter de color morado hasta el codo, una falda negra y un delantal de color crema, como toda una dueña de casa destinada a estar encerrada en la cocina solo nacida y criada para servir, eso le molestaba, pero había algo que le molestaba aún más, sus ojos, opacos, sin vida que pareciera que miraba a la nada.

-"Buenos días Mikoto chan, veo que madrugaste nuevamente"- saludó Naruto tomando asiento e inmediatamente la pelinegra se dispuso a servirle pero el pelirrojo la detuvo -"No Mikoto, ya me cansé de esto, toma asiento"- dijo el pelirrojo.

-"pero si no me molesta"- insistió la pelinegra.

-"pero a mi sí, eres mi invitada, no mi empleada o mi esclava, toma asiento y deja que te ayude, por cierto hoy tendremos varias visitas, así que te pido paciencia, pero eso no importa ahora"- Mikoto solo asintió y quedó en silencio -"Qué harás hoy?"- preguntó Naruto buscando una segunda taza pero el lugar quedó en silencio.

-"Creo que me quedaré aquí"- murmuró la pelinegra, Naruto la miró un instante y volvió a lo suyo.

-"Ya veo, me gustaría que me ayudaras en algo"- comentó Naruto tomando asiento frente a Mikoto que miró con curiosidad al Uzumaki.

30 min después.

Mikoto se encontraba en el dojo de la mansión con pantalones a media canilla y vendas en las manos y en los pies mientras que frente a ella se encontraba Naruto amarrando su cabello vestido con su uniforme jounin sin su chaleco táctico.

-"Emmm que se supone que debo hacer?"- preguntó la pelinegra mirando todo el lugar.

-"pelear contra mi, en mis tantos viajes por el continente elemental aprendí muchas cosas"- comentó Naruto haciendo tronar su cuello.

-"cómo formar un harem?"- comentó Mikoto.

-"No, ese es uno de mis sueños que aún no cumplo"- comentó como si nada Naruto -"pero en serio, una buena pelea puede hacer que nos conozcamos mejor, o eso fue lo que me dijo la secretaria del Yondaime Raikage después de una larga noche de "- pero el Uzumaki guardó silencio al recordar con quien hablaba-"para concluir, quiero que pelees conmigo y te desahogues, saca todo lo que te molesta o te entristece"- Mikoto miró dudosa al Uzumaki, ya que desde que se casó con Fugaku ella dejó de entrenar, quizás solo haría el ridículo -"vamos Mikoto, el ritmo lo defines tú"-.

-"Está bien pero tenme un poco de paciencia"- pidió Mikoto recordando como ponerse en guardia.

Mientras tanto en la casa de la familia Namikaze Uzumaki.

-"Mito Uzumaki trae tu trasero a la cocina en este instante, no será beneficioso para ti que me hagas subir a tu cuarto"- gritó Kushina preparando a mesa para que todos desayunaran, mientras tanto Minato se encontraba en el lugar establecido para el leyendo el diario.

-"cinco minutos"- se escuchó el grito de regreso por parte de la Uzumaki menor, Kushina suspiró, tomó un vaso y lo llenó de agua fría y a paso tranquilo se perdió en los pasillos.

-"Lo mismo de siempre"- murmuro Minato tomando un pan tostado -"3-2-1"-

-"Noooooooooo"- fue el grito que se escuchó por toda la casa.

10 min más tarde.

-"Acaso me quieres matar mamá?"- preguntó Mito ya vestida y aseada.

-"no exageres, solo fue un poco de agua, pero te advierto que la próxima vez no me veras venir"- comentó Kushina desayunado.

-"Por cierto querida, que has sabido de Mikoto?"- preguntó Minato dejando su diario a un lado.

-"Quién es Mikoto mamá?"- preguntó Mito.

-"Mikoto es una gran amiga mía de la infancia, pero que por cosas del destino se casó con un imbecil"- pero fue interrumpido por un toque en su hombro por parte de su esposo -"bueno, es alguien muy especial e importante para mi que no pasó por cosas buenas en este tiempo, pero que ahora se está quedando con tu tío, y aprovechando que hoy entrenarás con el, la aprovecharé de visitar"-

-"mmm ya veo, bueno, hoy quizás vea a Tenten chan y a Kiba aunque el siempre anda buscando problemas con mi tío, aunque creo que se llevan muy bien, a quién no veo muy seguido es a Hana, aunque debe ser porque está en la academia, la tía Tsume se que va en las mañanas y finalmente mi tío va personalmente a dejar a Tenten a su casa"- comentó Mito recordando a todas las personas que había visto en la mansión de su tío, lo extraño es que a la tal Mikoto nunca la había visto en la cocina.

De regreso a la mansión Uzumaki.

Mikoto lanzaba golpes a diestra y a siniestra pero ninguno llegaba a su destino, ansiaba terminar con esto pero la frustración ni siquiera conectar un buen golpe la obligaba a seguir luchando. Inútil!

No sirves para nada!

tu lugar es la cocina!

No molestes a Itachi!

Mikoto por cada golpe errado escuchaba la voz de su ex esposo destacando su inutilidad, dolía como no tenía idea, tanto tiempo basureada había hecho mella en ella, pero todo terminó a sentir algo tibio que la envolvía, levantó la mirada y se encontró en los brazos de quien le había dado un hogar.

-"bien hecho Mikoto, bien hecho"- comentó Naruto con voz suave, pero todo el ambiente se vio interrumpido al sentir que las manos del pelirrojo bajaban a su trasero cosa que sonrojó a la pelinegra.

-"Naruto"- el pelirrojo levantó la mirada y se encontró con la mirada impactada de su hermana menor.

-"kushina"- respondió el pelirrojo.

-"Y yo soy Mito"- finalizó su sobrina riendo de la situación.

-"En mi defensa solo puedo decir que es la costumbre"- comentó Naruto pero notó como Kushina se rodeaba de una bruma negra.

-"No te preocupes, yo se como tratar con pervertidos ni sama"-comentó Kushina ingresando al dojo y dejando a Mito fuera del cuarto. No pasó ni medio minuto cuando gritos de dolor se escucharon desde el interior, después de unos minutos la puerta se abrió y.

-"Aún te falta mucho para poder amedrentarme hermanita"- salió Naruto del cuarto mientras que en su interior se encontraba una sonrojada Mikoto y Kushina con un chichón en la cabeza.

-"madre, Naruto chan ya perdió el rumbo"- murmuró la pelirroja mirando al cielo.

-"Naruto kun"- susurró la pelinegra al sentir aún el abrazo del pelirrojo.

-"no Mikoto chan, no te dejes llevar por la perverción de mi ni sama"- gritó la pelirroja sacudiendo a la pelinegra de los hombros.