Jungkook se escabulle entre los pasillos, las miradas repletas de extrañeza por parte de trabajadores no hicieron falta, evidentemente ese peculiar comportamiento no suele ser visto en alguien tan serio como lo era su jefe. No obstante, son detalles menores que el pelirrojo puede dejar pasar, después de todo, no son ellos a quienes quiere evitar.
Y vuelve a escurrirse entre las personas, hasta ser capaz de llegar a su oficina de cristal y por primera vez desde que las instaló, bajo las persianas, arrastró la cortina y se privó de cualquier tipo de contacto cerrando la puerta con seguro. Ya nadie podía verlo y él tampoco podía ver a nadie.
Nervioso se deja caer en su silla giratoria, su pulso acelerado debido a el miedo y con las manos cubriendo su rostro, queriendo apaciguar la sensación de cobardía.
Dejó pasar unos minutos, queriendo calmarse primero, pero terminando por fallar terriblemente cuando unos toques son hechos en su puerta y a ellos les sigue una voz que conoce tan bien.
—¿Jungkook? —Nada, no dice nada —Ehm... solo quería pasar a decirte buenos días y... —Escucha un suspiro entre cansado y adolorido —Tómatelo con calma ¿si?
No escucha nada más, así que opta por levantarse y detenerse frente a la puerta, con intenciones de abrirla, hasta que vuelve a escucharlo.
—El tiempo que necesites, lo entenderé.
No. Taehyung no debería decir ese tipo de cosas, las personas deberían decirle eso a él.
—No deberías esperarme —Porque eres un chico fantástico y mereces un amor fantástico.
Y yo no puedo dártelo.
Sin embargo no escucha respuesta, únicamente la suela de sus zapatos alejarse.
El día de ayer viene a su cabeza mientras se abraza a sí mismo y regresa a su lugar. Ayer luego de que Taehyung se marchara, dio inicio a su lectura, la narración le iba de maravilla, la historia que se contaba, podía empatizar con ella, todo parecía indicar que se convertiría en uno de sus libros favoritos... hasta que... el nombre de El chico de las estrellas fue tachado y el suyo fue escrito por encima. No sucedió con todos, en su mayoría lo hizo cuando se hablaba sobre el amor y derivados.
¿Pero qué pasa con ese corazón suyo que se ruboriza en su lugar? ¿qué pasa con esa frase del libro donde El chico más guapo del mundo Taehyung le pide noviazgo a El chico de las estrellas Jungkook? ¿él debía responder a ello? honestamente no se sentía capaz, ¿siquiera era una propuesta de noviazgo real?
Jungkook no quería hacerle daño a Taehyung y no quería que Taehyung le hiciera daño.
Jungkook se asustó como nunca antes lo había hecho, porque Taehyung parecía tener todas las cartas del juego, todas las fórmulas y todas las palabras correctas para enamorarlo, pero Jungkook no podía... no quería y se convencería de que tampoco lo necesitaba. Un chico deficiente de brillo no podía ser el chico de las estrellas de Taehyung, alguien así de bueno merecía más.
No un inepto idiota incapaz de soltar su patética relación de cuatro años, los nombres que tenía preparados para sus futuros hijos, una buena ubicación donde podrían vivir y el dolor que venía con todo ello.
Quizás es por ello que esa noche, después del trabajo se embriago hasta que su cuerpo no soporto ni una sola gota más, hasta que las piernas perdieron coordinación y tuvo que ser llevado por YoonGi desde el bar hasta su casa, luciendo jodidamente molesto.
—¡¿Qué mierda Jungkook?! —Lo dejo caer sin delicadeza en su cama —¿Qué pasa contigo? ¡teníamos una promesa!
—No grites —Sisea, cubriéndose los oídos con la almohada.

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Labios sueltos | KTH + JJK
Fanfic"No soy tímido, no tengo nada que decir" Jungkook amo, amo completa y enteramente, nunca aprendió a dar poco; terminando así sin tener nada que ofrecer para aquel gentil chico de sonrisa cuadrada, quien tanto se esmera por conseguir su agridulce cor...