Ruptura.
Fue un domingo por la mañana, que la idea de buscar sitios de adopción homoparental en el extranjero por internet vino a la cabeza de Jungkook. Descubrió que era todo un proceso, especialmente si quería llevarse al pequeño fuera del país donde nació, pero sinceramente eso no lo desánimo en lo absoluto, porque la oportunidad no se le negaba; ahí estaba, solo era cuestión de paciencia y las cosas saldrían a la perfección.
Continúa bajando en la página, leyendo los requisitos necesarios para adoptar y de manera tenue, una cálida sonrisa se desliza por sus labios al darse cuenta de que puede cumplir con todos y cada uno de ellos sin mucho problema.
Es entonces que Namjoon viene a su mente. Ellos acababan de cumplir cuatro años de lo que él consideraba una exitosa relación, desde su perspectiva se amaban como unos desquiciados locos, siempre lo habían hecho y Jungkook se atrevía a creer con certeza que lo continuarían haciendo por el resto de sus vidas. Es por ello que no se le dificulta imaginar una bonita casa en su futuro, quizás debería estar situada cerca de un lindo parque y deberían haber niños agradables por montones, dispuestos a jugar por una infinidad de tardes junto a su futura hija, o hijo, quien sabe, aún necesita hablarlo con su pareja.
Jungkook lo tenía claro, ellos debian envejecer juntos. No se imagina su perfecto amor terminar de otra manera que no fuese con ellos dos amándose hasta el final de sus días.
El timbre resuena por las paredes de su departamento, atrayendo su atención devuelta a tierra y se pregunta quién podría estar llamando tan temprano a su puerta. Se levanta algo perezoso, caminando con excesiva premura, vaya, simplemente tomándose su tiempo.
Hasta que escucha su voz.
—¡Jungkook-ah! ¿sigues dormido?
Era Namjoon.
No lo piensa dos veces y se apresura en correr para abrir y ver su hermoso rostro, ni siquiera le da tiempo de saludar cuando ya está lanzándose a sus brazos, plantando un sonoro beso en sus pomposos labios.
—¡Namjoonie! Buenos días amor —Saluda tan dulce que al mayor se le forma un nudo en la garganta —¿Has venido a desayunar conmigo? justo estaba por preparar algo, podría cocinar algo para ti también ¿qué dices, eh?
—Ah... en realidad vine po-
—Sea lo que sea puede esperar, anda ven —Absorto, camina en reversa, llevándose a Namjoon consigo mientras cierra la puerta con un pie.
Jungkook había despertado más cariñoso de lo usual esa mañana y no fue difícil para Namjoon notarlo, sintiendo una abrumadora lastima hundir su pecho.
—¿Qué se te antoja? unos huevos fritos, hot cakes o quizás simplemente un plato de cereal —Dios, Namjoon solo quería que dejara de mirarlo de esa manera y que su sonrisa no se hiciera cada vez más grande —También puedes comer mis labios, nunca está de más.
Jungkook no había retirado en ningún momento los brazos de sus hombros y sin prestar verdadera atención al lenguaje corporal de su novio, cegado por su cariño, tomó impulso para comenzar a repartir besos a lo largo de su cuello, llevando sus suaves belfos hasta su mentón, terminando por parar en labios ajenos; dónde abandonó la idea de ser dulce para comenzar a besar de manera húmeda y pasional.
No, él no había llegado a casa del menor para una sesión de sexo mañanero, así que incluso si le duele hacerlo, lo detiene, barriendo su rostro a un costado. La pena aumentando súbitamente en cuanto logra distinguir el sitio web por dónde navegaba Jungkook, apartando la vista inmediatamente.
¿Cómo podía hacerle esto al menor?
—¿Umh? ¿qué pasa? —Cuestiona Jungkook levemente herido. Él nunca le había negado algo como eso.

ESTÁS LEYENDO
Labios sueltos | KTH + JJK
Fiksi Penggemar"No soy tímido, no tengo nada que decir" Jungkook amo, amo completa y enteramente, nunca aprendió a dar poco; terminando así sin tener nada que ofrecer para aquel gentil chico de sonrisa cuadrada, quien tanto se esmera por conseguir su agridulce cor...