3

68 15 8
                                    

Fui a la cafetería mucho antes de el descanso y mire como Joel  iba caminando con el teléfono en mano por el pasillo y solo se limito a sonreírme.

Estuvo 20 minutos desayunando cuando miro como se sienta frente a mi con 2 cafés en mano.

—Toma bonito se ve que lo necesitas.

—Lo siento por tener esta cara tan decaída pero papá arruinó mi dia—dije tomando un sorbo.

—Tal vez no tiene otra cosa más importante que hacer, que solo molesta a su hijo tan lindo.

—Eso crees ¡JA!, por favor, tiene una empresa de autos por la cuál preocuparse y solo se centra en su hijo que le ayuda—digo rodando los ojos.

—¿E-eres el hijo de el señor Erito?—dijo atragantadoce con su café.

—Sii, ¿No se nota?.

—Siento haber hablado así de tu papá—su voz suena con nerviosismo.

—No te preocupes me da igual.

—Entonces era enserio eso de que eres mi jefe— dijo recuperándose.

—Estaba hablando muy enserio—digo mirándolo a los ojos y este los conecta de igual manera.

—¿Quieres irte a relajar?—pregunta tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos.

—No puedo salir de aquí Joel, papá me tiene muy cuidado—digo viendo cómo acaricia suavemente mi mano.

—Tu no te preocupes por eso bonito, ve al baño y en unos momentos voy yo, no me tardo nada Erick.

—Okey te esperó—digo caminando directamente a los baños de la cafetería.

Al parecer había escuchado de mi, se sabe mi nombre.

No sé que diablos estoy haciendo, tampoco tengo idea de lo que podamos hacer.

Entre rápidamente a el baño y subí al largo del lavamanos, espere unos segundos a Joel cuando entra de prisa azotando la puerta y cerrándola.

—Listo estamos solos—se acerca rápidamente a mi boca y empieza a besarme con ferocidad.

Joel empieza a bajar por mi cuello hasta llegar a mis clavículas y dejar leves mordidas, gimo de lo bien que lo hace .

Empiezo a tocar su abdomen que claramente puedo sentir que trabaja en el, sube hasta mi boca, sus manos se posan en mi trasero, las mueve lentamente soltando jadeos ahogados, bajo del lavamanos y me acerco lentamente hacia su abdomen.

—Er, me calientas mucho—dice mientras tomó el control y empiezo a besar su abdomen.

Bajo poco a poco su pantalón hasta llegar al boxer pero la puerta suena y tratan de abrirla a la fuerza.

—Entra al baño—digo rápidamente y mojo un poco mis manos para abrir la puerta.

—Lo siento es que traigo las manos mojadas, se cerró la puerta, y no podía abrir—le digo a la señora de limpieza que solo me mira mal.

—Recuerde joven que este baño es para varias personas no es privado—dice de mala gana.

—Si, como sea—salgo rápidamente y me dirijo a mi oficina.

Pobre Joel espero que mínimo se haya dado tiempo de arreglar el problema dentro de su boxer.

Llego con mi secretaria por qué necesito urgentemente que Joel venga a mi oficina.

—Necesito que llames a un tal Joel.

—¿Parte de administración en la que se localiza Joven?.

—Ni idea, solo di que se presente Joel el que tenía la barba fea y claramente sabrá quién es.

—Okey joven en un momento lo hago.

Escucho como la puerta se abre y al instante entra Joel.

—Cierra— digo regresando mi mirada a mi computador.

—Con que barba fea eh— dice llamando mi atención.

—Perdón— sonrio— era la única forma de localizarte Joelito.

—Bien, te lo pasaré solo porque eres muy lindo— se coloco en frente de mi sentándose en el escritorio— ¿Para qué me necesitas?— acaricio mis manos.

—Quería, bueno yo— de nuevo me regreso el nerviosismo.

—¿Seguir con lo que no terminamos?— preguntó logrando que me ponga rojo.

—N-no bueno, tal vez —baje mi mirada apenado— en realidad quería saber si me puedes dar tu número— dije impaciente por su respuesta.

—Claro, de hecho si no me lo pedías tu, lo haría yo tarde o temprano, bonito— me sonrió tiernamente— ¿Dónde puedo anotarlo?— me preguntó.

Le extendí una hoja y un bolígrafo, anotó el número y dejó la hoja en el escritorio.

—Me mandas un mensaje para agendarte.

—¿Por qué no mejor te llamo y...?— me interrumpió.

—No, será mejor el mensaje ya yo te digo si puedo hablar por llamada— dijo un poco nerviso.

—E-esta bien— dije un poco dudoso.

—Bueno yo ya tengo que irme— me pare de mi asiento.

—Hey— me toma de la cintura acercandome a el— creo que tu y yo tenemos algo pendiente— susurró en mi oído haciéndome estremecer.

—Si, tienes razón— dije conectando nuestras miradas.

Estaba por acercarme a sus labios cuando le entró una llamada.

Al instante me apartó de él sin ser brusco.

Se alejó del escritorio atendiendo la llamada.

—¿Qué pasa?— lo escuche decir.

—¿Es urgente?— volvió a hablar— esta bien, pediré un permiso...— hizo una pausa— si lo se— sonrió— igual, nos vemos— colgo la llamada.

—¿Ocurre algo?— me atreví a preguntar.

—Era mi madre, se quedó sin medicamentos y me pidió que los comprara por ella— hizo un puchero— ¿Creés que tu padre me deje ir antes?— rascó su nuca.

—Ve, no te preocupes yo hablaré con el si hay algún problema— dije algo desanimado.

—Gracias, bonito— se acercó a mi, pude sentir mi corazón acelerado—¿Me regalarías un beso?— me miro intensamente y solo asentí.

Corto la distancia que nos separaba y unió nuestros labios en un tierno y cálido beso.

Me hizo sentir tan bien, tan relajado.

Sentí como todo mi estómago se revolvía, sentí esas llamadas mariposas que hace mucho no sentía.

Lamentablemente el beso no duró mucho, se despidió de mi y salió de mi oficina .

THE CRIME PERFECT|JOERICK| 2TEMPORADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora