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Jimin era un adolecente de apenas dieciocho años cuando descubrió que amaba el sexo

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Jimin era un adolecente de apenas dieciocho años cuando descubrió que amaba el sexo.

Sin embargo con todos los alfas con los que había estado realmente eran unos idiotas.

En el amor le fue mal, a pesar de ser un dulce omega, ningún alfa parecía tomarlo enserio.

Y si a él le gustaba el sexo y el dinero, no había mejor forma de hacerse rico que viviendo a costa de su cuerpo.

Total en el amor ya no creía.

Fue hasta que cumplió veintiuno que se marcho de Corea del sur para ir en busca de su sueño.

Ser prostituto.

Cobraba bastante por pasar una noche con algún alfa necesitado...

Decir que solía hacerlo con cualquiera seria mentira.

A pesar de ser un hombre de la vida galante, solía acostarse con no más de cinco alfas distintos por mes.

Solo cuando su celo llegaba.

No más.

Asi se ayudaban mutuamente.

Solía bailar en un bar haciendo show para alfas.

Si al final del día alguno llamaba su atención, iba por él.

Entre el dinero que ganaba en el bar y su otro ingreso extra.

Jimin vivía bien.

No fue hasta que cierto alfa idiota lo marco por accidente que arruino su vida.

Su dulce e increíble vida.

Aun recuerda la primera vez que vio a aquel alfa.

Con un aroma tan fuerte que provoco un escalofrió en su cuerpo.

El alfa le regalaba sonrisas, mientras le miraba bailar siempre solía dejar varios billetes en el atuendo de Jimin.

Jimin sabia que algo no saldría bien si aceptaba ir con él a pasar la noche, sin embargo su omega se lo pedía a gritos.

"Quiero ser de ese alfa"

Cuando el celo de Jimin se hizo presente, supo que debía ir por ese alfa, se acerco a pasos coquetos al alfa sentado al fondo del bar, mientras bebia una copa de Martini.

Demasiado Gay para su gusto.

Sin pensarlo dos veces se sentó a su lado, olfateando el fuerte aroma que desprendía el alfa.

Mientras su omega le decía.

"Es él"

Sin embargo su omega se había equivocado tantas veces que ya no lo tomaba enserio.

Jimin era tan malo para elegir un alfa, como Enrique peña nieto en el inglés.

O sea era un FRACASO.

Sin embargo ahí se encontraba de pie frente al alfa, mientras intentaba proponerle sus servicios como omega.

Tan pronto y como se acerco escucho un gruñido por parte del alfa.

-Si. -Contestó tan rápido, incluso antes de que Jimin hablara.

-¿Si que? -Pregunto con un poco de picardía en sus palabras, mientras tocaba el hombro del alfa.

-Si quiero tus servicios. -Respondió para después arrastrar a Jimin hacia el hotel frente al bar.

Jimin era conocido como el chico lujuria.

Podía provocar a cualquier alfa que se le pusiera enfrente siempre y cuando su omega lo deseara.

Y Jimin deseaba a tantos alfas, que incluso había perdido la cuenta luego del centésimo alfa.

Decir que Jimin era elegido por alfas es una gran mentira.

El bar donde trabaja es conocido por ser uno de los más caros, lujosos y prestigiosos de todo Suiza.

Era bien conocido por la poca cantidad de omegas que trabajan en ese lugar.

No cualquier alfa podía darse el lujo de pagar una copa de vino en el bar.

Un lugar muy bien posicionado en suiza, a pesar de que brindaban servicios de prostitución.

El alfa no era quien elegía a un omega.

Era el omega quien elegía al alfa.

Para trabajar en ese lugar tenían que hacerse diversos exámenes médicos cada semana...

Eran omegas V.I.P.

El mas grande tesoro de Noche roja.

Simplemente Park Jimin, el dulce y atrevido omega con olor a bombones y chocolate.

Quien había resultado ganador de ese omega aquella noche fue Min YoonGi, que después de intentarlo por más de tres meses por fin tenia a Jimin bajo su cuerpo, soltando fuertes gemidos.

Lujuria accidental. •YM•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora