Phoebe Grey, una historia de amor y venganza.

Capítulo 35

-Explícame porque contestas el teléfono así- me exige Kevin.

-Después de 6 meses sin saber nada de ti ¿quién te crees que eres para exigirme algo a mi?-

-¿Te has casado?- me pregunta.

-¿Qué diablos quieres Kevin?-

-Saber como esta mi hija y como estas tú-

-Sophie está genial y yo mejor aún-

-¿Sophie? ¿le has puesto el nombre de mi madre?- pregunta.

-Si- respondo.

-¿Por qué?- pregunta.

-Porque es tu hija y se lo importante que fue tu madre para ti-

-Phoebe yo....-

-Kevin no voy a negarte el derecho de ver a tu hija cuando quieras pero no pretenderás que haga como si nada hubiese pasado entre nosotros. Di a la luz y tú no estabas conmigo, te fuiste y ni si quiera te preocupaste por llamarme para ver como estaba-

-Y ahora si me disculpas voy a disfrutar de mi esposo y de mi luna de miel-

-¡PHOEBE!- es lo último que le escucho gritar antes de colgar sin darle tiempo a decir nada más.

No me puedo creer que ahora aparezca y pretenda hacer como si nada hubiese pasado, las cosas no van a ser tan fáciles como él cree. Unos 5 minutos después de que colgase a Kevin, apago el teléfono justo antes de que Zac llegue:

-¿Quién era mi amor?-

-Erika-

-¿Y qué quería?-

-Confirmar que vamos a asistir a su boda-

-¿Quieres ir?- me pregunta.

-Independientemente de Kevin, Erika y John se han portado muy bien conmigo además de que les tengo mucho cariño-

-Pues iremos- dice con una pequeña sonrisa.

-¿No te importa?-

-No, si es importante para ti para mi también lo es- dice mientras me abraza.

-Gracias por ser así conmigo-

-Te amo Phoebe, lo único que quiero es verte siempre feliz-. Yo no le respondo, solo le abrazo con más fuerza.

-Y ahora mi querida esposa ¿quiere venir conmigo a la playa?-

-Por supuesto, voy a cambiarme-

Me pongo un bikini blanco y cojo la bolsa de la playa. Hace un tiempo estupendo y el mar está muy tranquilo, Zac alquila unas hamacas y pide algo de beber:

-¿Quieres que nos demos un baño?- pregunta divertido.

-No me apetece mojarme pero ve tú- digo sonriendo.

-Vale, no tardo- dice mientras se acerca a darme un beso. Me tumbo en la toalla a tomar un poco el sol y me quedo medio dormida hasta que de pronto me despierto porque Zac se tumba encima mía y está realmente frío:

-¡Estás helado!- digo riendo.

-Y a ti se te ve realmente calentita por el sol- dice mientras me acaricia la pierna.

-Pues hacemos la mezcla perfecta- digo mientras le doy un pequeño beso.

-Y tan perfecta- dice riendo.

-Voy a por las bebidas- dice mientras se levanta.

-Vale-. Zac tiene un cuerpo perfecto y ese bañador azul le hace estar aún más sexy.