Capítulo 38

8.7K 232 17
                                    

-¿Me estás siguiendo?- le pregunto.

-Tengo mejores cosas que hacer, solo que te he visto por aquí y quise saludar a mi hija-. Está muy guapo, lleva una camiseta de manga corta azul oscuro que le marca todos sus músculos y unos pantalones grises que le hacen un culo espectacular a pesar de que no pueda vérselo en este momento.

-Pues ve luego a verla porque ahora estamos Zac y yo con ella-

-¿Y donde ha ido?- me pregunta.

-A ti que te importa, lárgate de una vez por favor-

-Que arisca, dile a tu "marido" que se esfuerce más en la cama- recalca demasiado la palabra marido para mi gusto.

-Eres un puto imbécil- digo desesperada. Él sonríe de una forma arrogante.

-Vete antes de que llegue Zac-

-¿Por qué? ¿tanto le incomoda mi presencia?-

-Para nada, solo quiero ahorrarle el mal trago de tener que verte-. Kevin ríe de una forma demasiado descarada.

-¿Qué te hace tanta gracia?- pregunto y ya me estoy empezando a enfadar.

-Nada nena, no te enfades. Solo que veo que mi presencia te sigue poniendo igual de nerviosa que el primer día y eso quiere decir que tu marido no está haciendo las cosas bien-

-¡FUERA!- digo casi gritando pero me controlo porque no quiero dar un espectáculo en el parque. Kevin me coge del brazo y me pega hasta él:

-No te enfades princesa aunque estás muy sexy cuando lo haces- dice con una sonrisa muy sexy.

-¡Eres desesperante!-

-Ya me voy, ya me voy pero antes....-. Kevin coge mi cara y me da un beso, no me da tiempo a reaccionar cuando se va corriendo.

-Gilipollas- digo en voz baja pero no puedo evitar que una estúpida sonrisa aparezca en mi cara. Se que es un imbécil, un egocéntrico y un cabrón pero esa actitud que tiene conmigo es lo que hizo que me volviese loca por él.

-¿Quién estaba contigo?- me pregunta Zac y no puedo evitar asustarme porque no me lo esperaba.

-Un amigo de la universidad- digo algo nerviosa pero intento disimular lo mejor que puedo.

-Ah vale pero parecías algo enfadada- dice mientras se sienta.

-No que va cariño- digo mientras me siento e intento cambiar de tema.

-¿Quieres un poco de vino?-

-Claro nena- dice Zac.

Intento pasar lo que queda de mañana lo mejor posible pero no puedo dejar de pensar en Kevin y en el beso que me ha dado hace un rato, se que es un imbécil pero es un imbécil que consigue enloquecerme por completo. Me molesta muchísimo que cause este efecto en mi sobre todo porque Zac no se merece esto, el problema es que no se como pararlo y mucho menos como evitarlo.

-¿Nos vamos a casa? Está empezando a resfrescar un poco y en hora y media hemos quedado con tu hermano- dice Zac sacándome de mis pensamientos.

-Claro, vámonos- digo mientras le ayudo a recoger.

Durante el camino a casa ambos permanecemos callados, se le ve un poco serio así que decido que cuando estemos en nuestra habitación le preguntaré si le ocurre algo:

-¿Qué te pasa?- le pregunto una vez que dejo a Sophie en su cuna. Por suerte no hay nadie en casa y no nos hemos entretenido.

-Te veo muy seria y me preocupa, ¿te pasa algo?- me pregunta.

Phoebe Grey, una historia de amor y venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora