capítulo 4: Takigakure no sato

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La misión de Sakura

🍃Capítulo cuatro: Takigakure no Sato

Al despertar, Sakura se topa frente a frente con la cara de Sasuke, éste se había dormido a su lado aunque manteniendo cierta distancia para no molestarla, y con la mano encima de la espada ninja que siempre llevaba, la cual reposaba enfundada entre los dos. El mechón de cabello negro que normalmente cubría su ojo izquierdo se encontraba ahora hacía un lado dejando ver su cara por completo, como seguía dormido podía ignorar el rinnegan que se escondía ahí detrás. Quién diría que ese par de ojos causara tanto temor en las personas? Tanto como el mismo apellido. Cualquiera relacionado con Sasuke Uchiha se podía convertir en un blanco, por esa razón se mantenía alejado de Konoha tanto tiempo con la intención de llevar la atención de presuntos enemigos con él y no con sus seres queridos. Era difícil, pero era una carga que llevaba tras haber causado tantos problemas en el pasado, todo el bajo mundo criminal lo conocía y aunque los años habían pasado en relativa paz mucha gente fuera de la aldea sabía de la leyenda del último Uchiha como el terrorista número 1.
No era algo para enorgullecerse, por supuesto él no lo estaba, tenía un futuro que proteger ahora: el de su hija, Sarada.

Sakura levantó su mano para tocar su mejilla. Estaba a solo un par de centímetros de tocarlo cuando se lo pensó mejor y se detuvo, sin embargo, Sasuke le sujeta la mano en el aire. Sakura se sobresalta, él aún tenía los ojos cerrados y había captado su mano  antes que siquiera lo rozara, termina de llevarla a su cara. Al tener sus guantes puestos no podía sentir su textura pero si algo de su calor.
-Ya te sientes mejor?- le pregunta él, abriendo los ojos. El rinnegan seguía intimidandola un poco, tarde o temprano tendría que acostumbrarse.
-Si- le sonríe Sakura-, continuemos.

-Tardaremos en promedio 4 dias en llegar a la aldea de la Cascada- le informa Sakura.
-No lo creo. Usaremos el Susanoo.
-eh?? - Sakura abre los ojos como platos.
Llegando a un claro en medio del bosque, se detienen. Sasuke activa su Sharingan. Inmediatamente se materializa el torso de Susanoo, espíritu que sirve de escudo a los Uchiha y solo puede ser invocado por quienes tengan esos ojos especiales, pero esta vez serviría de transporte; ya lo había usado de esa forma antes y ahora era la mejor opción si querían terminar con esto lo antes posible.
Sasuke toma la mano de su esposa y entran juntos al Susanoo.
-Bien, esto ayudará mucho- dice Sakura soltando un suspiro-, cuánto tiempo nos ahorrará?
-Bastante- responde Sasuke- , podemos hacerlo en la mitad del tiempo si uso esta técnica un par de horas en el día. Ahora subiremos alto para no llamar la atención.

Claramente pasar por sobre el nivel de las nubes los hacía pasar desapercibidos y al mismo tiempo viajar más rápido, una cuestión netamente física al ser el planeta redondo. El País de la Cascada se ubicaba al norte del continente, colindando con el País del Fuego al sur y con el mar en el otro extremo. En la actualidad continuaba siendo un lugar muy hermético y su fuerza militar se reducía a un centenar de ninjas y al uso del Agua del Héroe: herramienta ninja que solo el líder tenía permitido usar, pero hoy en día estaba reducida a un mito. Sakura vió en persona cómo fue destruida años atrás, sin embargo se mantenía viva la historia, y con los rumores se lograba sustentar una especie de paz con los países vecinos. Independiente de todo aquello era si la fama de Sasuke había sido tal, como para impedirles cruzar la frontera… estaba preocupada, aprieta la mano de su esposo de forma inconsciente, éste la mira de reojo: no hacía falta decir nada, ya pensarían en algo.

Llegaron a la frontera sin contratiempos en poco más de 2 días. Sasuke hizo su mejor esfuerzo para apurar el viaje, no lo hacía notar pero el desgaste de Chakra era inmenso, a diferencia de Naruto su energía era fuerte pero limitada, pero fue su forma de ayudar en esta misión.
El paso fronterizo estaba resguardado por ninjas de la Cascada, quienes sin dudarlo los detienen para identificarlos, Sakura da su mejor explicación sobre la misión y entrega un pergamino a nombre del Séptimo Hokage, el cual les sirvió como salvoconducto para ingresar al País de la Cascada. Uno de los ninjas trae consigo a una joven de aproximadamente 25 años, visiblemente su superior en rango, tenía un aire autoritario indiscutible para su edad, cabello largo color marrón; se dirige a Sakura, quien iba delante de Sasuke.
-Hola. Soy Shizuku, jounin de la aldea de la Cascada. El Hokage de Konoha se adelantó a su llegada,  habíamos recibido una carta con el aviso hace muy poco. Shibuki sama esta muy feliz con la noticia- sonríe-. Me recuerdas Sakura san?
Ésta cayó en cuenta en ese momento! Hace 20 años atrás, en una misión del equipo 7, estaba esta chica, siendo muy pequeña, junto a su hermano.
-Eres la niña de aquella vez? Estas muy bella Shizuku! Que gusto saber que te convertiste en ninja!
-Bueno, una parte de la decisión fue gracias a la influencia de Naruto. El ver que cumplió su sueño también me reconfortó mucho. Suelo estar a cargo del escuadrón en la frontera pero al saber que vendrían me ofrecí a recibirlos, los conozco, confío en ustedes -sonríe a Sasuke-, Shibuki sama confía en mí, así nos ahorramos tanto interrogatorio.
-No sabes cuanto te lo agradezco, de verdad. Y tu hermano? Qué fue de él?
La chica suspira con una sonrisa triste. Tal parece no fue una buena pregunta.
-No sobrevivió a la guerra… - al oír eso Sakura quiso disculparse pero ella prosiguió-, tranquila, no hace falta decir nada. En la guerra todos perdimos seres queridos, lo importante es seguir protegiendo la paz por la que lucharon. Iremos al despacho de Shibuki sama- dice poniéndose en marcha- luego de eso, les daremos pase para que hagan su investigación.
Se adentran en el bosque.
-Naruto les dijo en su carta de que trataban nuestros asuntos?- pregunta Sasuke.
-No lo dice claramente. Por eso los llevo con el líder de la aldea para que nos expliquen bien de qué va todo esto. Como dije antes: confiamos en ustedes, no deseamos que hayan malos entendidos.

La localización exacta de la aldea oculta de la Cascada no era muy conocida y solo los ninjas de élite estaban autorizados a ingresar sin un permiso previo. Con el paso de los años, el número de habitantes fue creciendo y con el fin de la guerra hubo una explosión demográfica importante, por lo tanto la aldea se había extendido mucho por fuera de la gran catarata que le daba su nombre. En el interior de ésta ahora solo se encontraba la oficina del líder, la academia ninja y edificios de importancia. Y las familias de los clanes más antiguos. Shizuku los llevó por una entrada alterna de forma subterránea, Sasuke observaba cada detalle en silencio, al igual que Sakura solo había estado una vez en estas tierras; en sus viajes nada sospechoso lo atraía hasta aquí así que simplemente la pasaba por alto.
Shibuki, el líder de la aldea los esperaba en su despacho, rondaba los 40 años y se veía bastante jovial aún a pesar que unas arrugas incipientes rondaban sus ojos; siempre con rostro amable e inocente. No estaba solo, un ninja de casi su misma edad estaba con él: tenía cabello corto negro, usaba lentes, y destacaban notablemente unos penetrantes ojos verdes, imposible no notar su presencia. Con él ahi se haría difícil hablar con libertad.

-Sakura! Sasuke! Que emoción verlos! - exclama Shibuki saliendo de detrás de su escritorio y tomando las manos de Sakura con energía. Ésta ríe un tanto avergonzada ante tal gesto de alegría.
-Shibuki san, gracias por recibirnos- responde-, de verdad eres de gran ayuda en este momento.
-Naruto me contó un par de cosas: investigan la desaparición de unos niños, escribió. Tiene relación con mi aldea según sospechan, realmente sería un desagrado estar metido en tan oscuro embrollo, si pueden resolver de qué trata, no tengo problemas en ayudarlos. Mande a llamar a Miroku, es el actual jefe de nuestro cuerpo médico, un ninja médico como tu Sakura; pensé que entre colegas se entenderían mejor.
-Un gusto conocerlos- habla el aludido.
Sasuke lo mira con desconfianza, algo en él no le gustaba, pero no sabía decir qué exactamente, pero si el líder de la aldea confiaba en él no quedaban más opciones que escucharlo. Más tarde le plantearía sus inquietudes a Sakura.
-Si gustas- continúa dirigiéndose a Sakura-, te llevaré a revisar las instalaciones del ala pediátrica que tenemos aquí, claramente es mucho más reducida que la de Konoha pero hacemos todo con la misma dedicación. Los niños son parte importante del futuro de esta aldea, no podemos descuidarlos. Cualquier dato que pueda ser relevante a la investigación no dudes en preguntarlo.
-Me parece muy bien, Miroku san- responde ella.
-Sakura, estarás bien tu sola? - pregunta Sasuke. Con gusto la acompañaría pero sentía que la falta de Chakra lo tenía demasiado débil, necesitaba detenerse y descansar.
-No estará sola- le responde Miroku con resolución-, ira conmigo. No olvides que también soy ninja. Por cierto es un placer conocer al "último Uchiha", eres toda una leyenda.
-Gracias, pero no soy el último… - comenzaba a debatir cuando Sakura lo interrumpe.
-Descansa Sasuke, lo necesitas, más tarde nos reuniremos con Shibuki san para hablar con más detalle. Ahora quisiera ver el hospital por favor.

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