Capítulo 8: Los registros

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La misión de Sakura

🍃 Capítulo 8: Los registros

-Shizuku, lamento mucho esto... de verdad...- le habla Miroku con pesar soltando un suspiro cansado.
Toma a la chica y apunta una kunai a su cuello, amenazando a sus rivales, quienes se hallaban listos para contraatacar. No obstante este último movimiento de Miroku los descolocó.
-Por qué te empecinas en complicar la situación?- le pregunta ella confusa.
-Ya no me queda mucho chakra, eres mi única opción de salir bien de esto. Supongo que te debo una explicación, pero no habrá oportunidad de hablarlo. Lamento haber mentido...
Shizuku estaba tensa, confiaba en Miroku hasta hace un instante y estaba segura que no sería capaz de hacerle daño, pero llegado a este punto ya no sabía qué pensar; en solo un par de horas las cosas habían hecho un vuelco vertiginoso. Ella habría dado la vida por ese hombre si era necesario, pero ahora estaba confundida. Quién era en realidad?
-Shibuki, me largo de aquí -le dice Miroku alzando la voz-, Shizuku irá conmigo para asegurarme que ninguno de ustedes me siga. La liberaré cuando me sienta seguro. De lo contrario vete despidiendo de ella- amenaza.
-No serías capaz de esa locura- responde Shibuki furioso.
-No me pongas a prueba…
Miroku agarra el cuello de Shizuku con su brazo, ésta intenta liberarse apuntando la kunai que todavía tenía en su mano a un costado de su captor, sin embargo Miroku la desarma rápidamente clavandole el cuchillo en el antebrazo sin contemplación. La sangre comenzó a caer a borbotones.
-Les digo que estoy hablando en serio- recalca.
Shizuku cierra los ojos y aguanta quejarse ante el dolor, pronto lágrimas silenciosas comienzan a resbalar por sus mejillas. Le dolía mucho en alguna parte de su pecho, era un dolor angustiante, algo que no tenía nada que ver con la herida de su brazo.
-Por qué? Por qué haces esto? -le pregunta a Miroku casi en un susurro- Yo confiaba en ti…
Sasuke apunta la espada cargada con  raiton, un sólo golpe podría acabar con aquella situación, pero Shibuki lo frena.
-Sasuke, no puedo permitir que pongas en peligro la vida de Shizuku - le dice- además, necesitamos a Miroku vivo.
-Estas consciente que tendrás que perder una vida para lograr eso? - responde el Uchiha decidido-. Lo queremos vivo pero se está esforzando por salir herido.
La espada de Sasuke crepitaba ansiosa por descargar su poder en el rival. Activa su sharingan y sin esperar respuesta casi como un relámpago se lanza contra Miroku.
El choque contra el acero retumbó. Una mujer con ojos de felino había bloqueado el ataque de su espada con otras dos katanas cortas. Pero Sasuke no retrocedió ni un milímetro, al contrario, el ataque de su chidori empujó a la desconocida varios metros hacia atrás. La mujer levanta la cabeza haciéndole frente con orgullo, se venía muy contenta a pesar que su bloqueo no fue logrado con éxito.
-Sasuke Uchiha… es un honor enfrentar a una leyenda- rie.
-Se tomaron su tiempo en llegar- le regaña Miroku a la mujer.
-No te quejes! La ninja de Konoha ahí afuera no se la está dejando fácil a los demás. Ya deja de jugar y vamonos!
Miroku deja caer la barrera de agua, el escenario que vieron a continuación dejaba ver la masacre cometida por los compañeros de la mujer, quienes se habían encargado de acabar con la mayor parte de los ninjas de la cascada.

De entre los ninjas aliados, quienes no lograron huir terminaron cayendo en batalla, solo un par seguía en pie peleando junto a Sakura. Ryo, el espadachín se mantenía lejos de ella al encontrarse mal herido con anterioridad, pero eso no le impidió ejecutar a una gran cantidad de shinobi de la cascada mientras su compañero Osamu, cortaba el camino de Sakura con sus técnica de fuego.
Al dirigir el flujo de Chakra a sus heridas Sakura podía curarse con rapidez. Pero en la superficie de su ropa se veía los daños hechos por el ataque de Osamu, parte de su ropa estaba chamuscada por el golpe de fuego y manchas de sangre de heridas sanadas le cubrían los brazos. A Sakura no le importaba poner su cuerpo como escudo, gracias a su técnica médica podía curarse por sí sola, eso le daba más resistencia en un combate cuerpo a cuerpo. Claro, si su oponente solo fuera uno… La mujer de ojos felinos, Hikari, se encargó de herirla lo más que pudo antes de saltar la barrera de agua. Ahora ese obstáculo ya no estaba y antes que Osamu le lanzará una nueva ráfaga de llamas pudo ver que Miroku tenía atrapada a Shizuku y que la chica sangraba por su brazo; Sasuke empuñaba la katana y arremetía contra la mujer. Sin embargo Hikari y  Miroku, junto a su rehén, retroceden hasta los árboles más cercano y escapan perdiéndose en el follaje.
Shibuki reacciona a tiempo para crear un gran dragón de agua que rodea a Sakura mientras se alza para atacar a Osamu justo a tiempo.
Sasuke se detiene: no seguiría a Miroku dejando atrás a Sakura nuevamente; Shibuki comprende y sin decir una palabra les indica a los restantes shinobi de la cáscada que quedaban en el campo de batalla que se unan a él en la persecución. Inmediatamente se pierden en el bosque. Osamu y Ryo sin dudarlo se lanzan tras Shibuki pero Sasuke y Sakura se interponen.
-Ya no importa- se burla Ryo enfundado su espada-, tenemos a la niña con el kekkei genkai. Vamonos de aquí Osamu.
Sakura no pasa por alto lo que acababa de oír. Y los interroga:
-A quien se llevaron y para qué? Contesten!
-No vale la pena el desgaste, lo que ustedes buscan se aleja cada vez más y en poco rato no volverá jamás. Sólo pierden el tiempo hablando aquí conmigo.
Sasuke mira a su compañera, esperando alguna señal de parte de ella. Sakura se muerde el labio frustrada.
-Maldita sea! Vamos tras Miroku, Sasuke!- exclama dando media vuelta en dirección al bosque.
Tras ellos se oía la risa burlona de Ryo.

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