La misión de Sakura

Epilogo

🍃🌸Epilogo

La primavera había llegado de subito, los botones de cerezo comenzaban a florecer en vistosos racimos y las aves revoloteaban entre las ramas de los árboles haciendo más ruido que el resto del año.
Sakura se sentía tranquila y satisfecha por lo logrado en esta misión. Tuvo que explicar un par de situaciones a Shibuki antes de marcharse de la Cascada, pero fuera de eso llegaron a varios acuerdos que comenzaron a operar desde ese mismo instante.
Miroku cumpliría su castigo en prisión como era de esperar, no mostró signos de arrepentimiento en absoluto hasta que Shizuku en persona habló con él. Verla hizo que su voluntad flaqueara, y respondió a todas sus preguntas sin tanta dificultad, quizas porque en su corazón sentía que se lo debía como disculpa. Por el contrario Shizuku había cerrado su corazón para él y ya no podía verlo como el hombre al que tanto admiró por largo tiempo. Le dolía.
Miroku y sus secuases eran culpables de un sin número de muertes desde ya varios años atrás, y del trafico de personas, entre ellos gran cantidad de niños con el fin de venderlos al mejor postor en el mercado negro. Pero había un comprador en especial que solicitaba a los más dotados para usarlos en experimentos cientificos. No hubo forma de sacarle el paradero de aquel sujeto, era un misterio hasta para él, tanto así que tampoco conocía su nombre. Al preguntarle por el autor de la nota enviada al Hokage de Konoha aseguro que ya debía estar muerto, quien quiera que haya sido; y lo mismo dijieron los niños rescatados agradeciendo al desconocido por ese acto de desesperación que había abierto la posibilidad del rescate.
Ahora en Konoha, frente al Septimo Hokage, reportaba los detalles de la misión. Naruto la oía maravillado.
-Buen trabajo, Sakura- le sonrió-, leí el informe que envió Shibuki hace un par de días. No esperaba menos de ti.
Sakura responde con otra sonrisa sonrojandose levemente.
- Recibiré a Sasuke chan y a su hermana Masumi, una vez ella este en condiciones de viajar. Prometí que les prestaría mi ayuda- explica.
-Por supuesto. Tu eres la única que puede ayudar a esos chicos, acá Boruto y Sarada serán excelentes compañeros para ellos. Sasuke no llegó contigo?- cambió de tema al caer en cuenta de la ausencia de su amigo.
-Fue por Sarada. Esta en tu casa, no?
Naruto ríe más.
-Ja! Si, ahí están.
La puerta del despacho se abré interrumpiendo la animada charla. Shikamaru venía cargando una torre de papeles para Naruto. Trabajo y más trabajo...
-Perdón por la intromición- se excusa-. Naruto, necesito que revises esto y lo firmes por favor. Cómo estas, Sakura?- saluda dejando el fajo de papeles en el escritorio.
Naruto palido como la nieve se desparrama en su silla, agotado de solo ver la torre de hojas.
-Shikamaru, pudiste averiguar algo sobre el mensajero de las flores?- le pregunta Sakura recordando derrepente.
Éste niega con la cabeza.
-Una vez que ustedes se marcharon, desapareció tambíen el rastro de tu admirador secreto. Supongo que no los siguió... De todas formas deje a un par de guardias rondando tu oficina en caso que regresara pero no hubo señales por días, así que los relevé de esa misión. Si vez algo sospechoso ahora que regresaron no dudes en avisarme.
-Si, lo haré. Gracias- dice Sakura -. Nos vemos Naruto, hasta pronto Shikamaru- se despide cerrando la puerta del despacho trás ella.
Naruto mira a su consejero con ambas manos entrelazadas frente a él. Su gesto era de preocupación.
-En que piensas?- le dice Shikamaru.
-Sasuke se irá de la aldea pronto, si él no está, es nuestra responsabilidad protegerla.
-Insinuas que el acosador volverá?
-Es una posibilidad...
-Naruto, conoces a Sakura casi de toda la vida, ella no necesita que la protejan.
-Pero yo si necesito protegerla- sentencia.

Sasuke y Sarada caminaban de regreso a la casa Uchiha, en el trayecto la chica preguntaba con entusiasmo detalles de la misión. Había visto luchar a sus padres muy pocas veces y era su sueño verlos en acción con todo su poder un día, su estadía en la casa Uzumaki no había hecho más que aumentar la fascinación por sus padres, pues el Hokage era fan número uno de Sasuke y Sakura, y no se avergonzaba de expresarlo.
Sasuke respondía a la curiosidad de la niña siendo lo más elocuente que podía, eso dado su personalidad no era mucho realmente, pero Sarada apreciaba que su padre se esforzara por contarle alguna de sus aventuras. Al dar vuelta una esquina pudo ver la fachada de la casa y se adelanta entusiasmada de regresar al fin.
Sasuke nota que la cara de la chica cambia y se petrifica frente a la puerta. Algo no estaba bien.
Llega a su lado y pasmado observa aquello que paralizó de miedo a su hija. Claramente una tetrica bienvenida: un ramillete de flores de cerezo clavado con un kunai en medio de la puerta y algo viscoso color rojo que goteaba hasta el suelo.
-Papá... es sangre...