—Kanroji.—el del cabello azabache, llamó la atención de su compañera asignada para esta nueva misión, la pilar del amor: Mitsuri Kanroji—.
—¿Pasó algo, Tomioka-san?—ambos caminaban juntos por el bosque, llegarían pronto al pueblo en el que se estaban presentando desapariciones de niños masivas, se rumoreaba entre los aldeanos que un demonio se paseaba por aquel lugar. Los cazadores tenían un poco de tiempo antes de empezar a matar demonios, así que Giyū decidió hablar de algo que venía confundiéndole y quitándole su preciada tranquilidad—.
—¿Cómo sabes cuando amas a alguien?—el pilar de agua desvió la mirada un tanto apenado, Mitsuri se había puesto colorada de la impresión, no podía creer lo que Tomioka acababa de decir—.
—¿Está enamorado?—el otro ignoró la absurda pregunta de la chica con el cabello de colores—. Bueno, para saber si amas a alguien, debes pensar algo importante: ¿Es su bienestar más valioso que el de los demás? ¿Puedes ver a esa persona sin sonreír más de dos veces? No dejas de pensar en esa persona cuando están lejos y cuando están juntos? Mmhm, también cuando...
Poco a poco, Giyū empezó a perderse en aquella incómoda pero necesaria información. Mitsuri seguía hablando de ese tema tan complicado para él, después de todo ella era una experta. Tomioka suspiró exhausto, esos pensamientos no se alejaban de su mente desde la última vez que vio a Yukiko. Él sentía el enorme vacío en su pecho por la falta de su sonrisa en sus días, la imagen de la chica se presentó en su mente de una forma inconfundible. El pilar de agua tenía el rostro de la espadachín grabada en su cabeza para nunca olvidarla en las misiones y siempre tenerla presente cuando no podía verla por meses. Pero sin importar el tiempo, ella estaría ahí en la sede, esperando pacientemente por su llegada y eso era algo que lo hacía la criatura más feliz del universo entero. Yukiko estuvo ahí cuando nadie más estuvo, lo ayudó a avanzar después de la muerte de su familia, ella era todo.
—Tomioka-san, parece que no me está escuchando.—Kanroji lo había sacado de sus pensamientos. El mayor negó con la cabeza, tantas cosas que no comprendía lo hacían sentir perdido—.
—Entonces, lo haré más fácil.—la chica del cabello rosa miró a Tomioka fijamente—. ¿En quién has estado pensando todo este tiempo?
El pilar de agua abrió sus ojos con sorpresa, no esperaba conseguir la respuesta de esa forma. Irónicamente, todo era claro como el agua, pero Giyū seguía mirándolo de forma borrosa. ¿Acaso se había enamorado de Yukiko? ¿Por qué estos pensamientos debían aparecer justo ahora cuando ambos están constantemente arriesgando su vida por un mejor futuro? La vida es efímera y Tomioka sabía esto mejor que nadie, el tiempo en esta tierra es algo que se escurre como la arena entre las manos. ¿Qué pasaría si algún día Yukiko se pone en peligro y no pueda salvarla a tiempo?
—¿Harada-chan?—la pilar del amor seguía haciéndole preguntas. Tomioka decidió relajarse, el simple hecho de escuchar el apellido de la peli-blanca lo hizo sentir mejor—.
—Llegamos, Kanroji.—avisó el mayor, desapareciendo de la vista de la pilar. Ella comenzó a quejarse de lo infantil que el cazador podía llegar a ser—.
«Yukiko, quiero verte cuánto antes».
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𝓢𝓷𝓸𝔀 『tomioka giyuu』
Fantasi-𝓟𝓮𝓻𝓶𝓲́𝓽𝓮𝓶𝓮 𝓼𝓮𝓻 𝓽𝓾𝓼 𝓸𝓳𝓸𝓼, 𝓣𝓸𝓶𝓲𝓸𝓴𝓪. 𝓠𝓾𝓲𝓮𝓻𝓸 𝓮𝓷𝓼𝓮𝓷̃𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓶𝓲 𝓯𝓸𝓻𝓶𝓪 𝓭𝓮 𝓿𝓮𝓻 𝓮𝓵 𝓶𝓾𝓷𝓭𝓸. -¿𝓔𝓼𝓽𝓪𝓻𝓪́𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 𝓪 𝓶𝓲 𝓵𝓪𝓭𝓸? -𝓛𝓸 𝓹𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸. 『0』