T r e n t a t r e; la grande festa

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Emilio.

Escuché la alarma de mi celular y me fui levantando poco a poco, hasta que abrí los ojos y vi a mi madre ahí, me asusté un poco y salté en la cama.

- ¡¡Feliz cumpleaños al mejor hijo que tengo!! - dijo y comenzó a lanzar serpentinas por todas partes.

Me paré de la cama y me acerqué a abrazarla, la quería mucho aunque a veces no coincidieramos en algunas cosas, después de todo era una mujer muy fuerte y siempre estuvo para mi.

— Por cierto, ¿y Joaquín? — pregunté alejándome un poco de ella.

— Ah, se levantó más temprano para bañarse, no debe de tardar — dijo sonriendome.

Justo después de eso se abrió la puerta, era Joaquín, llevaba el uniforme de la escuela mientras con una toalla secaba sus revoltosos chinos.

— Buenos días alegría — dijo sonriente — El agua está caliente, por si te quieres bañar antes de irnos, aunque yo que tú me apuraria, se hace tarde.

— Anda Emilio, apúrate, quiero que ustedes me lleven para que te quedes con el auto — dijo mi madre obligándome a sentarme.

vi la hora y me di cuenta que eran las 6:30 siendo que mi primera clase iniciaba a las 7 y mi madre entraba a la misma hora, me paré rápidamente y entré lo más rápido que pude al baño.

(...)

Joaquín y yo íbamos en el auto, aunque yo un poco apresurado pues faltaban 15 minutos para mi clase.

— Cariño, tranquilo, sí vamos a llegar, recuerda que es tu cumpleaños y tiene que ser un buen día — dijo de lo más tranquilo.

— Joaquín, sé que tú estás acostumbrado a llegar tarde, pero yo no, perdóname eso sólo que, no quiero tener ningún retardo — traté decir de la manera más amable posible.

Joaquín sólo asintió, por suerte no se había enojado.

En unos minutos más llegamos y todos nuestros amigos ya estaban ahí.

— ¡Marcos! — gritó Diego — Feliz cumpleaños campeón, pero llegas un poco tarde eh.

— Lo sé, perdón es sólo que, mi madre me dejó el auto y la tuve que llevar al trabajo, aparte me levanté tarde y Joaquín no me despertó — dije tratando de recuperar el aire, pues tuvimos que correr desde el estacionamiento para poder entrar.

— ¿Joaquín? — preguntó Pao.

— Hola — dijo el mencionado, igual con la respiración pesada.

— ¿O sea que durmieron juntos? — dijo Nico con sorpresa — Felicidades Mailo, ya no eres el único virgen del grupo.

— ¡NICOLÁS! — gritaron todos.

— Bueno Nico, si lo hubieras llamado en la noche lo hubieras sabido, pero bueno, yo me lo voy llevando porque nuestra clase comienza en 5 minutos — dijo Roy mientras me jalaba de la muñeca.

Cuando estuvimos más cerca de nuestro salón por fin me soltó.

— ¿Y? ¿qué pasó anoche? — preguntó emocionado.

— Si hablas de eso no pasó nada, solamente pasé un lindo rato con él, y estoy feliz de que pasé mis 18 con Joaco, me confesó muchas cosas y yo lo ayudé, fue un apoyo mutuo — sonreí.

— Bueno, estoy feliz por ti Emilio, no sabes el día que te espera.

Entramos al salón y me percaté que había una canasta con algunas cosas adentro en el lugar donde regularmente me siento.

∥এ Sólo toma mi mano                     [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora