T r e n t a q u a t t r o; la grande festa [seconda parte]

289 27 37
                                    

Emilio.

Después de relajarme un poco llegamos a la plaza, dimos vueltas un rato hasta encontrar una tienda de regalos.

— Mira, puedes entrar ahí — dijo Roy señalando la tienda — yo tengo que hacer una llamada pero ahora te alcanzo.

Entré a la tienda, muchos eran arreglos con flores, en su mayoría rosas y girasoles.

— ¿Buscas algo en especial? — se acercó una chica, supongo que era una trabajadora del lugar.

— Hmm sí, es sólo que, no me terminan de convencer estas flores — dije algo apenado.

— ¿Son para tu novia? te puedo mostrar toda nuestra selección de flores y podemos escribirle algo — dijo la chica sonriente.

— Ay, cómo te digo — me rasqué un poco el cachete — son para mi novio y — ¿Por qué me pongo tan nervioso al pensar sobre Joaquín como mi novio? ¿y si lo que quiero llevarle no le gusta?

En ese momento recordé algo.

Meses atrás:

Joaquín y yo nos encontrábamos viendo una película, era una película romántica a petición de él.

— ¿Viste? le dio rosas, lo más típico del mundo — dijo Joaquín mientras rodaba los ojos.

— ¿Por qué tanto odio hacia las rosas? — Reí — ¿es acaso que nadie te ha dado unas?

— No es eso Marcos — frunció el ceño — es sólo que a mi, en lo particular me gustaría que me regalaran algo diferente, común pero no tanto — suspiró — algo que sea sencillo pero elegante y cálido a la vez.

— ¿Algo como las margaritas? — pregunté.

— Exacto, un ramo de margaritas, o una sola sería suficiente para mí.

— Oye chico — escuché decir — te quedaste como ido, ¿estás bien? — decía la chica.

— Sí perdóname — sonreí apenado — te decía, ¿no tienen margaritas?

— Tendré que revisar, acompáñame — la vi caminar hacia otro lado de la tienda, así que la seguí.

------------- ღ ----------------------

Joaquín.

— Roy entiende, sólo falta el pastel, así que no hay ningún problema — dije ya desesperado.

— Por ahí hubieras empezado Joaquín, pero bueno, ¿están todos ahí ya? — preguntó.

— Sí, Ana también por si eso era lo que querías saber.

— Tonto Bondoni — se quejó.

— Aunque tal vez pierdes tu tren amigo, porque yo veo a Azul y Ana muy juntas — Reí — que ironía.

— ¿¡Qué tanto te ha contado Emilio!? — dijo asustado.

— Tranquilo Roy, Emilio no necesita revelarme tus secretos para que me dé cuenta de cómo ves a ambas, pero bueno — suspiré — ya puedes traer a Emi, no hay problema que el pastel llegue después, cuando estén cerca me mandas un mensaje, adiós — dije y colgué la llamada.

— Bueno chicos, chicas, gracias todos por venir, espero que Emilio se ponga muy contento — dije por fin tranquilo.

— Emilio es una persona muy linda y amorosa con la gente cercana a él — dijo Guerra — Así que yo creo que le encantará esta sorpresa y más el saber que tú lo organizaste Joaco — sonrió.

∥এ Sólo toma mi mano                     [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora