Clarita/Uruguay

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Cuentan que en 1886, Clara García de Zúñiga, fue víctima de una trampa planeada por su propia familia.
Dicen que era muy hermosa y solía asistir a fiestas, lo que, sumado a su imagen de mujer desenfrenada, llamaba la atención de los invitados. Esto preocupaba a su familia, ya que pertenecía a la alta sociedad y en aquellos tiempos esa clase de comportamiento era mal visto y atentaba contra su apellido. Así que sus propios familiares optaron por una solución drástica, fría y despiadada que además de acabar con el comportamiento rebelde de Clarita, terminó beneficiándolos a todos. Fue así como en complicidad con un médico conocido y un abogado, la declararon loca. Luego construyeron un altillo en la casa, disimulado bajo el mismo estilo arquitectónico del edificio, para encerrarla y aislarla de cualquier tipo de contacto social. Allí, adentro de aquella especie de cárcel, ésta desafortunada mujer paso un largo tiempo sola y abandonada mientras la familia disfrutaba de su inmensa fortuna.
Los años transcurrieron y un buen día Clara murió. Con su muerte nació una leyenda que logro resistir una y otra vez el avance del tiempo. Cuentan los vecinos y funcionarios del museo que su fantasma se resistió a abandonar la vieja mansión y suele aparecer en las inmediaciones del lugar. Dicen algunos que la han visto con su vestido blanco paseando por el parque o parada cerca de las estatuas que se encuentran al ingresar al predio.

Acá los únicos locos son los familiares, ¿Como la van a encerrar?

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