De todos los pecados capitales, la gula... tal vez sea el mas peligroso. Como demuestra lo que le sucedió a un joven pocos meses atrás, luego de una opípara cena en casa de su abuela, con quien vivía en Brasil en la ciudad de Belo Horizonte. La anciana lo malcriaba haciéndole todos los platillos que le gustaban: pan de queso, estofado y, por supuesto, el infatigable tutu de frijoles con mucho tocino y salchichas.
-Contrólate, mi amor, que te puede visitar la Pisadeira-Le advirtió su abuela muy preocupada.
-No te preocupes abuela, esas son historias de viejas...-Le respondió el muchacho desmentido.
Desautorizar a su abuela fue su primer error, el segundo error fue dejar las ventanas de su dormitorio abiertas de par en par aquella gélida noche.
En mitad de la noche, el joven se despertó con la boca seca, por lo que quiso alcanzar un vaso de agua dispuesto en la mesa de su derecha, pero se percató que su brazo no respondía a sus órdenes, tampoco lo hacía su otro brazo otro ni sus dos piernas, sufría de lo que se conoce como parálisis del sueño, una dolencia muy frecuente entre quienes comen demasiado por las noches, pero su pesadilla apenas había comenzado.
Descendiendo por el tejado y asomándose por una de las ventanas de aquella vivienda, una figura extraña ingresó a su habitación. Esta empezó a acercarse peligrosamente hacia aquel joven, colocándose de un momento a otro sobre su vientre y pecho. El pobre elegido poco a poco fue notando los fríos y esqueléticos dedos de la criatura tocando su estómago, además de la insuficiencia de oxígeno provocado por la presión que ejercía la criatura sobre él.
Lo único que podía hacer aquel pobre desgraciado era observar cómo aquel ser demoníaco le cortaba la respiración lentamente sin que él pudiera mostrar ninguna resistencia, pues sus músculos no respondían a ninguna de sus órdenes y cuando logró esbozar un grito de socorro, nada más abrir su boca este ser aprovechó la oportunidad para abalanzarse sobre esta para tragarse y alimentarse del alma del condenado.
Tras consumarse el crimen, la criatura se retiró del lugar ascendiendo de nuevo al tejado, para a continuación desparecer del lugar, no sin antes soltar una espantosa risa dando un último vistazo a lo que había sido su víctima.
La autopsia determinó que el joven había sufrido un supuesto paro cardio respiratorio por "complicaciones digestivas", pero su abuela y todo el estado de Minas Gerais sabían la terrible realidad que se ocultaba tras su muerte: había sido asesinado por aquella vieja, inmunda y harapienta criatura, cuya cara se asimilaba a la de la propia muerte, la cual se alimenta del terror de sus víctimas paralizadas.
Dicha criatura se la terminó conociendo en todo el pueblo como la Pisadeira.Me hace acordar a Freddy Crueger, pero ella es más cruel.
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Leyendas de Sudamérica y México
KorkuEn este libro vas a leer leyendas de Sudamérica y México como la Llorona, el Caipora, el Silbón y muchas más. Comenta de donde eres y si conocías alguna de estas.