El Kurupí/Paraguay

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Esta leyenda tiene relación con Tau y Keraná, que está en este mismo libro.

Hace muchos años atrás, vivía una niña con su padre y su abuela a orillas del río.
La niña se llamaba Flor y era muy inteligente, tanto que podía entender lo que decían los animales.
Un día su padre volvió de la otra orilla del río con su vieja hacha, cansando y adolorido.
-no pude encontrar madera para talar, esta noche pasaremos frío-
La abuela miró a Flor y le dijo:
-no se te ocurra ir a la isla a buscar madera, porque allí vive el Kurupí-
Cuando su padre y su abuela fueron a dormir la siesta, Flor tomó el hacha de su padre, cruzó el río y fue a buscar madera.
Apenas piso el otro extremo de la Tierra, un pájaro se le acercó y le dijo:
-ten cuidado, porque el Kurupí puso una trampa-
La niña miro al suelo y era verdad, enfrente de ella había una soga atada a un árbol. Flor paso por encima y siguió su camino.
Habiéndo encontrado la madera necesaria, otro pajaro se le acercó y le dijo:
-el Kurupí despertó de su siesta, ¡corre!-y también tenía razón, ya que Flor escucho pisadas rápidas.
La niña corrió y cruzó el río con el Kurupí mordiendole los talones.
Cuando estuvo cerca de su casa volteó y el Kurupí estaba del otro lado del río.
-vuelve aquí-le exigió
Flor no le hizo caso.
-si quieres puedes pasar por el río-
El Kurupí trató de pasar, pero como no sabía nadar el agua se lo llevó.
Dice que el Kurupí logro salvarse y que fue a tomar una siesta de 100 años, para tomar a su nueva víctima.

Esta leyenda tiene que ver con Tau y Keraná porque el Kurupí es uno de sus hijos.
El Kurupí es una criatura que una vez cada 100 años, despierta para llevarse mujeres, si, es todo un pillo.

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