El doctor Knoche/Venezuela

54 7 2
                                    

Era la noche vieja del año 1.900 en la hacienda Buena Vista, un caserón construido en el filo de las montañas que bordean el Valle de Caracas. No hubo celebración.
El estado de salud del doctor Gottfried Knoche había venido deteriorándose y él lo sabía. El mismo día en que terminaba el año, repasó con Amalie Weismann, su criada y enfermera, los pasos que debía seguir tras su fallecimiento.
Le pidió ser momificado con la misma fórmula secreta que había inventado y desarrollado en Venezuela. Esa era su última voluntad.
El 2 de enero del año 1901, el cirujano alemán de 88 años dejó de respirar. Unos segundos después, Amalie ingresó al laboratorio ubicado a un lado de la casa, buscó la preparación que Knoche había dejado lista y la inyectó en la yugular.
El cirujano iba ser un ejemplo de sus propias investigaciones científicas, con las que logró descubrir una sustancia que podía dotar con apariencia de vida a los muertos.

😐😐😐

Leyendas de Sudamérica y MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora