Capítulo 35: El comunicado de Sarabi

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*Scar Narrando*

Una mañana, el desagradable de Zazú llegó a mi cueva, como siempre, haciendo mucho ruido, despertándome de un profundo sueño. Me avisó que la Reina Sarabi había dado la orden de hacer que todos se reunieran a las faldas de la Roca del Rey, pues daría un importante comunicado.

Así, a regañadientes acudí. Zira me acompañó, a comparación de Sarafina, quien no pudo debido a su embarazo. Todo el pueblo estaba congregado esperando el comunicado.

Cuando llegamos Zira y yo, todos los animales del reino estaban allí reunidos.

En cuanto los animales me vieron llegar, me abrieron paso como de costumbre, al mismo tiempo que decían:

"Pase su, alteza." Me daba gusto saber que al menos me reconocían como Príncipe Segundo.

Zira y yo llegamos a la primera fila, donde nos encontramos a todos los leones de la realeza –algunos de los reinos vecinos-, y entre ellos, pude distinguir a una adorable leona que se acercó hacia mí, muy contenta. En cuanto la vi, sentí una fuerte opresión en el pecho, y mi corazón acelerar bruscamente, y una sonrisa enorme se dibujó de mi rostro.

"Hola Scar, Gracias por venir. Mi hermana se pondrá muy contenta cuando vea que vino su mejor ami... Por cierto, ¿Donde está Sarafina?

"Por nada, Elanna." Le dije. "Desgraciadamente Sarafina no pudo venir. Dijo que se sentía mal."

"¡Me imagino!, lo bueno es que si no se ven hoy, se podrán visitar otro día." dijo Elanna inocentemente, sin saber nada sobre la riña que había ocurrido entre Sarafina y su hermana. —Por cierto ¿cómo está Sarafina? ¿Cómo va su embarazo?

"Muy bien gracias... Ahora, ¿te puedo hacer yo una pregunta?

"Por supuesto..."

"¿Sabes qué clase de comunicado quiere dar tu hermana?, ¿Por qué dices que era importante que Saffy estuviera presente?

Elanna sonrió.

"Era una sorpresa, pero te la adelantaré; Sarabi está embarazada."

En aquellos momentos me sentí morir. Una estaca se había clavado en lo más profundo de mi corazón, hiriéndolo gravemente. Sarabi... el amor de mi vida... embarazada... y de mi hermano...

Mi expresión sonriente cambió radicalmente. Elanna lo notó.

"¿Estás bien, Scar?"

"Sí," le respondí. Mi mirada estaba perdida. De pronto sentí como si me hubiera desconectado del mundo. "Es sólo que no puedo dejar a Sarafina tanto tiempo sola... debo irme..."

Luego miré a Zira.

"Vámonos," le ordené con rudeza. Ella obedeció.

Nos abrimos paso entre la multitud y salimos de ahí cuanto antes. Tal vez Elanna pensó que había sido descortés, pues ni siquiera me despedí de ella.

Mi corazón estaba deshecho. Y como ya lo había pensado antes, alguien debía pagar en mi nombre.

Ya en la noche, salí a caminar, mi mente trabajó haciendo un recuento de mi triste vida. Al ver todo aquello, sentí rabia. Rabia infinita, y solté un potente rugido al viento.

Más tarde, me senté por horas, inmóvil, entonces una canción vino a mi mente, mientras una lágrima salía de mi ojo. Aquel regalo simbólico que mi madre me había hecho hace tanto tiempo, y en mi mente, la repetí una y otra vez, en medio de mi desesperación.

"Si te sientes perdido,

Y el viaje te arrastra y te pierde
Deja que esta oración sea tu guía,
No puedo quedarme aquí para siempre, hijo mío
pero recuerda que yo siempre guiaré tu camino...

El Rey León: LAS MEMORIAS DE SCAR/TAKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora