Me observó de arriba abajo con el ceño fruncido, se acercó lo suficiente a mi rostro.
17: me imagino que te fue bien en el trabajo.
Dijo con un tono juguetón.
Su rostro estaba demasiado cerca tanto que sentía que mis piernas temblaban.
__: Si tuve un día perfecto.-dije pasando saliva por mi garganta.
Sus ojos fríos parecían querer destrozarme, mientras una mano se acercaba a mi mejia con lentitud.
17: Trunks es tu jefe no es cierto-dijo pasando su mano en mi mejia.
__: Si, ¿que hay con él?-pregunte dudosa.
17: No quiero que estés cerca, mantente alejada de ese simio-dijo con tono protector, tomándome de la mano subiendo el paraguas para cubrirnos de la lluvia.
Nos fuimos corriendo por la acera, número diecisiete me sostenía de la mano con fuerza pero con cuidado de no romperla y cuando la lluvia acabo antes de que llegaríamos a casa, entre risas nos observamos esa mirada azul en enmedio de la lluvia hacia pasar un extraño escalofrío.
Abrí la puerta y entramos ambos mientras que no quitaba su mirada de mi rostro sus ojos azules brillaban.
Los días pasaron, dejo de llover y el viento se hacía presente era la temporada de otoño, las flores de cerezo se esparcían en el suelo.
Mientras que ambos nos sentamos en el patio de la casa a comer unos emparedados.
Desde aquel día en que discutimos en casa sobre la primera vez que lo hicimos no me había vuelto a poner una mano encima, sin embargo me recordaba cada vez que iba al trabajo que no debía de acercarme a Trunks mi jefe.
Nos observamos con sonrisas cómplices mientras comíamos juntos, en aquel piso de madera.
Mientras que los pétalos caían alrededor de una de nuestras manos que se recargaban en el piso.
17: El invierno se adelantará, el frío hace que mi cuerpo se torne más frío.-dijo pensativo.
__: Si yo también muero de frío-dije ajustando mi bufanda -mientras que volvía a poner su mano en el piso de madera y rosaba mis manos con las manos frías de número 17, estaba helado.
Y observe su rostro pálido me preocupe, lleve mis manos a las mejias de número 17, sorprendiendo a este.
__: Estás muy frío, espera un momento.-dije quitado mi bufando y suéter colocandoselo a número 17.
Este negó con la cabeza.
17: no es necesario, soy un androide puedo resistir las temperaturas bajas.
__: Pero parte de ti es humana y estás helando, además espera un momento iré por otro abrigo para mi.-dije amable.
Regreso con un abrigo color amarillo y una bufanda color blanca.
Este la observó sus mejias se sonrojaron igual que las de __.
__: Te dije que no te preocuparas tengo cientos de suéteres, puedes quedarte con ese abrigo-dije con una sonrisa en mis labios.
Este asintió con la cabeza.
Mientras que alguien llamaba nuestra atención.
XX: Señor Dariel
Dijo una voz.
17: ¿Condé ?-dijo número 17 volvio su mirada seria al instante.
Me sobresalté al ver su rostro era Nafthaniel.
__: Condé Gilbert-dije nerviosa, mientras que ambos no mirabamos.
Este abrió sus ojos y paso una mano en su cabello.
Nafthaniel: Señora Dariel ¿Cómo está?-dijo acercándose a nuestra casa.
17: Ella está bien, no es así cariño-dijo lanzadome una mirada tierna.
Un nudo en mi garganta se hizo presente y asentí.
Nafthaniel: Me alegro, por cierto no resivio el llamado-dijo con tono de preocupación.
17: ¿Qué llamado?
Dijo alzando una ceja y poniendo sus manos en la cintura.
Nafthaniel: Unos ladrones robaron el banco y supuse-seguia hablando- que usted estaría aya con los demás policías-
17: Entonces debo ir ahora mismo-dijo dando un par de pasos delante mío, lo tome del brazo.
Sus ojos azules me miraron con sorpresa, y mientras que el viento me hacía jugarretas moviendo su cabello.
Lleve mi mano a sus mechones poniéndolos detrás de su oreja.
__: Espera-dije rápidamente, llamando la atención de Nafthaniel y número 17, sus miradas estaban puestas sobre mi.
El ángel me observó cada segundo, mientras que número 17 sonreía para mi.
17: Yo estaré bien __ recuerda que soy demasiado fuerte-dijo seguro.
Mis latidos empezaron a ser fuertes tenía miedo, miedo de no volver a ver su hermosa sonrisa de no volver a a reír junto a él.
Solté el agarre y sonreí con desdén.
__: Claro.- dije dedicándole una sonrisa y como si mi mente me traicionada desee abrazar a número 17 solo una vez.
Cubri su espalda con mís brazos y lo solté y luego regresé a casa acompañado de aquel ángel llamado Nafthaniel.
Cerré la puerta mientras que aquel hombre de ojos color miel me observaron fríos.
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Mientras Dormias ll Número 17 y tú
De TodoCuando te conocí supe que todo cambiaría que vivir contigo era un verdadero desastre pero no es así todo fue lo contrario...