4- Lucifer

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¿El diablo?
¿Satanas?
¿Satan?
¿Ángel caído?
¿El maligno?...

Bueno, eso es lo que dicen. En cambio en ésta historia es sólo Lucifer: un ángel de luz que prefirió vivir en la tierra porque ya no quería seguir recibiendo órdenes de Dios, quien consideraba a Lucifer como su ángel preferido; Dios lo dejó libre, dejandolo que eligiera su camino. Pero sin poder volver a los cielos.

Lucifer decidió quedarse en la tierra, hacer lo que hacen los humanos pero con más privilegios, ya que él tenía su poder de ángel. Aveces era malo, otras veces bueno. Pero lo seguro es que era hermoso, pero también envidioso. Nunca soportó que Valentina y Emmanuel fueran los favoritos del padre y, por eso decidió irse a la tierra, para vivir como él quisiera.

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—... Lo primero que me dijo padre fue que, tengo que buscar en donde vivir— se decía Valentina mientras caminaba por las calles de la ciudad de México —pero lo primero que haré es ver a Juls— dijo Valentina cuando vio que estaba frente a la floristería.

Cruzó la calle y entró al negocio.

Rápidamente empezó a tocar y a oler las flores. Ela se quedaba viéndola, pensando en la forma tan extraña de la chica. Aparte de que su vestimenta era muy rara. Linda, pero rara; Valentina llevaba puesto un vestido de tela fina, blanco y largo hasta su tobillo. El vestido se apegaba a su cintura y no tenía mangas. También llevaba una pequeña bolsa de largos tiros, colgada entre su hombro y que llegaba hasta su cintura.

Ela se acercó a ella.

—disculpe señorita ¿puedo ayudarla?— le dijo Ela, con amabilidad. Valentina se dio la vuelta, para quedar frente a la chica —wow— murmuró Ela al ver los hermosos ojos y rostro resplandeciente de Valentina. Tan suave y virgen como la piel de un bebé recién nacido, pero con más brillo

Valentina le sonrió a la chica, para dejarla aún más impactada al verle la perfecta dentadura.

—sí. ¿Está Juliana?— Valentina seguía sonriendo

"Por Dios, esta mujer es perfecta. ¿Será alguna modelo de revista? pensó Ela

—no está. Pero si quiere yo puedo ayudarla o hacerle una cita...

—¿cita?— preguntó Valentina, un poco confundida. Ella pensaba que las citas sólo eran para el romance, ya que siempre veían las citas que Juliana tenía. Ella aprendió muchas cosas de la tierra, a través de su creación

—sí, una cita con Juliana Valdés

—me encanta. Una cita es perfecto— dijo Valentina emocionada.

—¿me acompaña, por favor?— le dijo Ela caminando hacia el mostrador de la recepción. Valentina la siguió, sin dejar de admirar el lugar

Ela agarró una libreta y un bolígrafo.

—¿para cuando quiere la cita?— preguntó la chica

—para hoy

—uuyy. Creo que hoy no será posible. Juliana tardará algunas horas

—¿mañana?

—bien, entonces será para mañana... ¿Su nombre?

—Valentina— respondió ella. La chica se quedó viéndola, esperando que le dijera el apellido

—¿Valentina, qué?— le preguntó. Valentina se dio cuenta que necesitaba un apellido. Y se puso a pensar

—Carvajal. Valentina Carvajal— dijo Valentina después de ver a través de los cristales un autobús con un gran póster con la cara de un hombre, con el nombre de "León Carvajal"

Bajo Mi Cielo| CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora