Capitulo 10

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Anteriormente...

-NARUTO!-

-M-mamá…-sonrojado, se la quitó de encima-p-porque siempre tienes…-

-Moou! Eres mi hijo. –y frunció el ceño- acaso tu madre no puede ir a recibirte eh!- y le golpeó en la nuca.

-Oucht! Pero mamá…!-

-Si es mi hermanito querido- se acercó Ino, bajando por las escaleras- y dime…-se paró delante de él-que tal la luna de miel?-y sonrió.

-Cállate-le respondió el rubio de mala manera-y papá?-

-Trabajando-dijo Kushina pasando un brazo por el de su hijo- cuéntame. Como te ha ido? Y Hinata-chan? porque no ha venido?-

-Eso, porque no has traído a Hinata contigo?-buscó Ino con la mirada a la pequeña peliazul-No le habrás hecho nada, verdad?-le miró con el ceño fruncido.

-No le hice nada. Está en su casa y punto- se soltó del brazo de su madre-voy a darme un baño-

Kushina e Ino le siguieron con la mirada escaleras arriba.

-Parece que no ha pasado nada- y suspiró Ino, negando con su cabeza- porque tengo un hermano tan cabeza hueca…-volvió a mirar a las escaleras, cruzada de brazos- si seguimos a este paso, Naruto nunca volverá a ser el de antes.-

-Ino-la rubia miró a su madre-no te parece que ya es hora de que hagamos aparición?-

Kushina miró a su hija con una sonrisa traviesa.

-Mamá, que tienes pensado?-

-Tú solo ven conmigo-

Ino, no muy convencida, siguió a su madre.

Que era lo que tenía pensado?

Ino suspiró.

-Y este era tu grandioso plan?-

Hinata miró a las dos mujeres extrañada, sin comprender porque se encontraba en una cafetería cuando hacía tan solo unos minutos estaba en su clase estudiando.

Flash Back

Después de un fin de semana agradable, sin llamadas, sin personas de negro que la arrastraran hacia esa mansión…después de…aquel horroroso viaje, el cual quería olvidar, por fin, si, por fin, había vuelto a su vida normal. Bueno, no del todo; pero ahora iba a clases y tenía algo de tiempo para ella.

Dejó el lápiz sobre el libro y miró por la ventana. Hacía un día hermoso, aunque el aire frío del invierno, si no uno se abrigaba bien, calaba hasta los huesos.

Debía abrigarse bien si no quería pescar un resfriado.

La puerta de clase se abrió de golpe y unos hombres de negro entraron.

-P-perdonen…-habló el profesor sorprendido, pero los hombres de negro, en cuanto encontraron lo que buscaban, que precisamente era ella, se acercaron y la rodearon.

Hinata se encogió en la silla nerviosa.

-Venga con nosotros, por favor- y entre dos la agarraron de los brazos, la alzaron del asiento sin el mayor esfuerzo y la sacaron fuera de clase.

Uno de los hombres de negro, antes de cerrar la puerta, hizo una reverencia, comprobó que todo estaba bien, y salió de la clase.

Todos en la clase empezaron a murmurar.

-Ahora está con la mafia?-

Mientras Hinata, intentaba soltarse de esos hombres que todavía la llevaban en alza, agarrándola de los brazos.

Chicos antes que floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora