Capítulo 25

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---Hay algo que tú no le puedes dar. Bondad, buena influencia.

Claudia sonríe con superioridad.

---Eso en la cama parece darle igual. Si no, pregúntale por qué siempre acaba volviendo.

La madrileña desaparece dejando un mar de lágrimas en los ojos de Maialen. 

Vuelve al pasillo más alejado del salón, donde se encuentra todo el mundo. No quiere joder la fiesta a AnaJu, quien ha desaparecido junto a Rafa, ni a Hugo y Eva o Samantha y Flavio. Prefiere llorar en silencio o mejor, irse de allí. 

Después de pasar por el baño le dice a Nia que se va a ir. 

---¿Sola? Mai, ya es tarde, si quieres te acompaño.  ---Dice ajena a lo que acaba de pasar. 

---No te preocupes, ahora llamo a un taxi.  ---Por su parte, la navarra está deseando que acabe la conversación antes de que Bruno se de cuenta. 

El madrileño no se da cuenta de nada, pero un rubio sí contempla la escena. 

Cierra la puerta de la casa en el mayor silencio posible. El de pelo rizado nada más ver cómo la chica desaparece dejando como único mensaje uno para Bruno en WhatsApp. 

Las lágrimas de Maialen vuelven a caer cuando nota la leve brisa otoñal. Comienza a andar despacio, mojando sus manos en la barandilla cubierta por la lluvia que caía horas antes. 

---¡Mai!   ---Al escuchar el grito para en seco. Tiempo suficiente para que el gaditano llegue hasta ella. 

La navarra se aferra a sus brazos sin preguntar por qué iba a perderse una gran fiesta. Ponen rumbo al piso de las cuatro chicas. 

---¿Te puedes quedar? Necesito algo de compañía hoy. 

---Claro, pequeña. 

Se siente refugiada en el cuerpo del chico, siendo lo más confortable de la semana. 

---¿Qué ha pasado? 

Maialen se revuelve el flequillo. Está más nerviosa de lo que debería. 

---Bruno y Claudia se han besado. Todos os lo estabais pasando tan bien que no quería molestar a nadie. 

Jesús abre los ojos. 

---Deberías hablar con él. No creo que la haya besado así como así. 

---Je. Me ha dicho que no puedo darle a Bru todo lo que necesita y que por eso acaba volviendo a su cama. 

El gaditano se ríe, lo que a Maialen no le hace ninguna gracia. 

---Eso suena muy a lo que le dice la motera a Babi en la discoteca de Tres metros sobre el cielo. 

Ahora es Maialen quien suelta una carcajada. 

---La pija era una gilipollas. Como me toque ser ella en esta escena lo llevo claro. 

---¡Qué vas a ser esa pija! Tú eres Mai, la chica a la que le encanta dibujar y tocar la guitarra. Por cierto, ¿me cantas algo?

Tatuaje ~OT 2020~BrunalenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora