El piso de las cuatro estudiantes se despierta con una chica menos y un chico más. AnaJu es la primera en darse cuenta de que las cosas no van como siempre.
---Buenos días, Jesús. ---Avanza hacia la cocina hasta que procesa a quién acaba de ver. ---¿Jesús?
El gaditano intenta escapar de la soñolienta mirada de AnaJu sin mucho éxito.
---Te he visto. Así por curiosidad, ¿se puede saber dónde has dormido?
Él baja la mirada. No quiere decirle nada sin que su amiga tenga la aprobación, pero Maialen confirma las sospechas de AnaJu al llegar a la cocina.
---Holi, Je. ---La navarra no ha visto que a parte de Jesús hay alguien más en la cocina y actúa normal.
---Hola eh, Mai.
La cataña abre mucho los ojos al ver a su amiga ahí, con los brazos en jarra. Sabe que tiene que darle una explicación.
---Esto... Juji...
---Al menos dime que no os habéis acostado.
El silencio de los dos es más que delatador.
---Hostia puta, Maialen. Bruno estuvo toda la noche llamándote. Quería explicarte que lo de Claudia fue sin que se lo esperara. Él se separó al segundo y fue eso lo que viste, pero ahora la has liado pero bien.
Maialen se sienta en una silla de la cocina y se revuelve el flequillo, como hace cuando está nerviosa.
---Se lo tenemos que contar a Bruno. Los dos hemos hecho mal y creo que debe saberlo.
La de Pamplona no quiere contárselo porque si nadie lo sabe es como si no hubiera pasado. Pero ahora la información que tiene AnaJu complica sus planes.
---Está bien. Pero después del bolo del domingo.
---El domingo en cuanto acabes se lo dices. O si no se lo diré yo.
AnaJu da unas últimas palabras antes de desaparecer. Ella también sabe lo duro que debe ser para Maialen decir eso, pero Bruno es su amigo y si a ella le hicieran algo parecido le gustaría saberlo.
Al día siguiente parece que entre el sábado y el domingo no sucedió nada. Jesús trabaja en el despacho contiguo al de Bruno, como siempre. Y el madrileño vuelve a llevar su sonrisa, mientras que el gaditano lleva instalada una cara de tristeza permanente.
---Tío, qué te pasa. Estás serio, tú no eres así. ---Bruno también se da cuenta de que su compañero no está pasando por el mejor momento.
---¿Sí? No se, supongo que el cansancio. Tú al menos estás feliz, ya tienes esa sonrisa de cabrón otra vez.
Bruno deja el dibujo que tiene entre manos. Lo que va a contarle necesita su máxima atención.
---Maialen me ha dicho que quedemos cuando salga de la universidad. Pero ya me ha adelantado que todo está bien entre nosotros, simplemente que ayer le entró la impotencia del momento.
Menuda impotencia, desde luego. Piensa Jesús recordando cómo sus manos viajaban por el cuerpo de la navarra.
---Mucha suerte entonces. Ya me contarás.
Jesús vuelve a su despacho sintiéndose culpable por haber traicionado a su amigo. Nunca pensó que la culpabilidad le ardería tanto y por su mente pasan las palabras que le dirá para contárselo, pero las descarta al momento. Él no es quien debe decírselo.
Maialen es un manojo de nervios. No sabe cómo hará para mirarle a los ojos sin sentir que cada minuto que pasa le clava un puñal más.
---Hola. Siento haberme retrasado, estaba en la oficina y un client...
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Tatuaje ~OT 2020~Brunalen
FanfictionLa casualidad a veces está llena de causalidad. Las personas cambian, y tú con ellas. Maialen conoce a Bruno, y su vida se transforma en un caos constante.