Capítulo O4: Melodía

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Ver a Yoongi no era del todo apremiante. Siempre quiso ganarle en algo, ser mejor que él, pero ahora se sentía mal.

Y lo peor, era sentirse mal por sentirse mal ¡vaya complejo!

Sentía mucha pena por Yoongi. Por aquel chico que conocía, por aquel futuro arrebatado, y por aquellos ojos oscuros que jamás volverían a brillar.

¿Cómo se sentiría él? Ahora su campo visual era una espesa nube negra, y estaba totalmente incapacitado a hacer varias tareas por sí mismo.

El piano.

El mayor talento que jamás había conocido, ahora había muerto. Aquello que Yoongi amaba con la vida se había salido de su rango de actividades, y ya jamás, nunca más, podría volverlo a hacer.

Se preguntó cómo se sentiría él si no pudiera tocar el piano. En su mente se dibujó a él mismo atado a una silla forcejeando por tocar, pero sin poder huir.

Desesperación, frustración, dolor, la necesidad de expresarse y sentir que le cortaron la lengua.

¿Aquello era lo que sentía Yoongi? Entonces, ¿cómo no sentir pena?

Sin embargo ¿estaba sintiendo pena por Yoongi? ¡Ese era un pensamiento horrible! Él sabía mejor que nadie, que no había más horrible que el que sintieran pena por uno.

¿Cómo se sentiría él si fuera Yoongi quien sintiera pena? ¡Oh, no! Realmente era algo que debía borrar de su mente.



—Entonces, ¿vendrán dos semanas antes de la presentación? —preguntó al teléfono, mientras caminaba por la galería.

—Jimin sumbae es la única persona que se marcha tres meses antes ¡nosotros tenemos trabajo! —se burló la voz al otro lado. Jimin lanzó una carcajada.

—Sé que se encargarán bien de todo mientras no estoy. Solo piensen que me tome unas vacaciones.

—Tienes suerte de que Sunny te quiera y deje que hagas esto —se oyó un suspiro—. Esta bien colega, Suzy y yo nos encargaremos de todo en tu ausencia.

—Sé que puedo contar con ustedes dos, Henry —habló tierno, provocando que su interlocutor tuviese ganas de asesinarlo por abusar de su dulzura.

—Como sea —suspiró—. ¿Qué haremos si el señor Kim pregunta por usted?

—¿Aún no ha aparecido por la escuela? —se encontró sorprendido al escuchar una respuesta negativa. Se suponía que Namjoon y él vivían juntos, ¿acaso no había notado que se había marchado sin explicación alguna hace ya semanas? Siquiera había llamado a su celular.

—Si viene, enviaré a Suzy a que le invente algo —dijo Henry, y Jimin pudo oír un "¡YAH!" del otro lado de la línea, con la dulce voz de la chica en reproche.

—Cuiden todo en mi ausencia y los veré en dos meses.



Jimin salió de la galería, yendo hacia donde se hallaba aparcado el auto que su hermano le había prestado. Lo bueno del comienzo de clases era, que Jihyun y Geumjae se irían juntos en el mismo auto y él podría usar este.

Cuando estaba por doblar a unas calles de su casa, vio a Yoongi en la esquina, esperando para cruzar la calle. Estacionó el auto más adelante, y lo observó por el retrovisor.

Yoongi esperaba con el bastón en su mano y Kuma a su lado. Unos lentes negros adornaban el rostro más bello que había visto.

Porque Jimin era muy consciente de eso. Su novio, Namjoon, era el hombre que cualquier ser vivo podía desear tener en su cama. Pero Jimin jamás se sintió tan impresionado por su belleza, y eso era porque para él, no podía existir en este mundo, ser más hermoso que Yoongi.

Sentidos {YoonMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora