Capítulo O6: Coco y Vainilla

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Jimin no podía hacer a un lado sus recuerdos. Incluso había pasado toda la noche pensando en lo que había ocurrido el día anterior.

Tirado en su cama, rodó sobre las frazadas una vez más.

Yoongi le había dicho que siempre estuvo enamorado de él, y antes siquiera de poder decir palabra alguna, Geumjae había irrumpido en la habitación.

No se habló más del tema, y ahora su cabeza era un nido de confusiones.

¿Yoongi enamorado de él? No, replanteamos la pregunta, ¡¿Yoongi enamorado?! Ni en un millón de años, siquiera él que lo conocía como nadie, podía pensar en aquella opción.

Ellos solos eran compañeros de juegos, que se volvieron más sexuales en tanto iban creciendo. Pero eran solo eso.

Giró una vez más en su cama, recordando una vez cuando era pequeño.

Tenía unos 6 años, y su estatura era realmente muy bajita. Su abuelo lo había regañado y lo dejó sentado sobre el piano de la sala en castigo. Sus piernas colgaban intentado medir la altura, pero realmente le daba miedo tirarse al vacío.

—Hal-abeoji dijo que me llamaste —pronunció la vocecita de Yoongi, ingresando despreocupadamente al cuarto.

—Yonnie...

—¿Qué haces ahí arriba? —rió el castaño—. Jiminnie, te castigaron, ¿verdad?

—Ayúdame a bajar —ordenó con un puchero en sus labios.

—No lo haré. Es divertido verte intentar bajar —concluyó, sentando en la alfombra esperando la caída del menor.

—¡Yah! ¡Yonnie! —sollozó—. Por favor.

—Está bien —suspiró el pequeño, poniéndose de pie—. Te ayudaré, pero debes darme algo a cambio.

—¿Qué quieres?

—Un Yonssu.

Jimin sintió sus mejillas sonrojarse levemente. Respiró varias veces y miró la distancia bajo sus pies. No podría morir si se tiraba, ¿verdad?

Yoongi se paró frente a él, con sus manitos apoyadas en el piano, debía pararse en puntas de pie para llegar a la altura de las rodillas de Jimin.

Jimin se inclinó, y apoyó sus manitos en los hombros de Yoongi intentando sujetarse. Su cabeza se hundió entre sus pequeños hombros, y sus labios se juntaron a los de Yoongi en un tierno roce.

Siempre sabían dulces. Sus besos siempre eran dulces.

Yoongi se corrió hacia atrás apenas, logrando que Jimin se arrojara del piano sin soltar sus hombros (ni sus labios) y Yoongi lo sujetó de la cintura ni bien se encontró en el aire.

En cuanto sus piecitos tocaron el suelo, separó su boquita de la del más alto.

—Tonto —bufó, encaminándose a la cocina, mientras Yoongi lo seguía con una sonrisa adorable.

Giró al lado contrario en su cama. Maldito Yoongi que se aprovechaba de él desde pequeño.

¿Estaría enamorado desde aquel entonces? No, era imposible, eran muy pequeños. Quizás más adelante.

Cuanto tenían quince años, Jimin había enfermado gravemente. Ya luego de una semana de estar en cama, su abuela debía dejarlo solo por hacer unos trámites en el centro. Según le había dicho, su abuelo regresaría del trabajo luego de las tres de la tarde. Poco después, llegaría Jihyun. Él solo debía pasar la mañana, por lo que lo mejor sería dormir hasta entrada la tarde.

Sentidos {YoonMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora